Este es el artículo que publiqué la semana pasada en Cambio 16 como anticipo de lo que será Semana Negra de Gijón este año.

Que la novela negra está estrechamente relacionada con las crisis que azotan a los países, tanto a nivel social, como económico (si es que ambos pueden separarse), es algo obvio. De ahí que el auge del género siempre se de en procesos históricos marcados por el hundimiento humano en los infiernos financieros mundiales.

Fue Estados Unidos el impulsor, que no el creador, del género y, como un virus imparable, las tinieblas fueron extendiéndose por todos los países occidentales. Policías, detectives, asesinos/as en serie, descuidadas víctimas, tipos infames, mujeres fatal, hombres torpes, cadáveres, sangre, pistas, interrogatorios, persecuciones… Todo esto conforma la trama, el escenario y los personajes de las novelas policíacas, las historias más negras, los crímenes más truculentos.

En nuestro país, fue después de la Transición cuando algunos autores se inclinaron abiertamente por la creación de estas novelas. Hasta ese momento, el género había estado censurado en España.

En ese contexto se puede entender la aparición de la Semana Negra de Gijón, que este año cumple su veintiséis edición y sigue con la ilusión de quien empieza en algo que realmente le gusta.

A pesar de las trabas que se va encontrando en los últimos tiempos (presupuesto, emplazamiento, etc.), los responsables de la Semana Negra, bajo la atenta mirada de su creador, Paco Ignacio Taibo II, ya han dado las fechas para la celebración del festival literario de género más importante de nuestro país. Se celebrará del 5 al 14 de julio en los terrenos del antiguo Astillero Naval de Gijón, como ya sucediera el año pasado.

El de Asturias no es el festival más importante sólo por los años que lleva peleando, sino que lo es por mérito propio, al apostar por nombres que ya son pesos pesados dentro de la literatura negra como Petros Markaris, Lorenzo Silva, Alicia Giménez Barlett, Ernesto Mallo, Juan Madrid o Andreu Martín; pero dando cabida a los valores emergentes como es el caso de Noemí Sabugal, o el tándem Mario de los Santos/Óscar Sipán.

También la Ciencia Ficción tendrá su representación en escritores de la talla de Elia Barceló, Juan Miguel Aguilera o Joe Haldeman que visitarán la feria, o José María Merino que nos ayudará a reflexionar sobre la salud de uno de los géneros narrativos más minoritarios en nuestro país.

La novela histórica también estará magníficamente representada por Santiago Posteguillo, Javier García Sánchez o el mexicano Pedro Salmerón.

Y, por supuesto, el cómic. Ya es habitual que en Gijón se hagan importantes exposiciones con trabajos del mundo de la viñeta que permiten al visitante acercarse a la trastienda de uno de los mercados que más dinero mueve dentro del mundo de la edición. Este año la estrella es el argentino Enrique Breccia, que estará acompañado en el cartel por Howard Chaykin, autor de Black Kiss.

Con esta propuesta, y a falta de confirmar otros cincuenta autores que la organización aún no ha desvelado, Gijón se convierte, un año más, en destino obligado para los amantes de la literatura.

            Aún con ciertas tensiones no resueltas por la ubicación del recinto, Semana Negra abrirá sus puertas en julio para que los más atrevidos la traspasen y se adentren en un mundo sorprendente, en el que todos somos sospechosos, pero también héroes por una semana.