Hoy, si el calendario no me engaña como la mayoría de mis dirigentes, es 8 de marzo de 2013. Hoy es el día en que en las redes sociales, medios de comunicación y púlpitos confesionales, muchos hombres y, por qué no decirlo, también mujeres levantan la voz, esa que tienen guardada la mayor parte del año a saber Dios dónde, para preguntarse por qué un día de la mujer trabajadora.
Hoy es el día en que, si hiciéramos una encuesta, más se utiliza la palabra “feminismo” y siempre con una sola intención: denigrarla. Muchas personas señalan a las feministas como al Saturno que devora a sus hijos y escupe los huesos lejos de su vista. A las feministas se las ha etiquetado de cualquier barbaridad y se les ha acusado de querer la supremacía del género femenino frente al masculino. Obviamente, los que así acusan a un movimiento sin el que no se puede entender los logros (muchos o pocos) que hemos conseguido, no se han molestado en enterarse de que “feminismo” no es sinónimo de “superioridad”, sino de “igualdad”. Una igualdad que aún se hace esperar.
Y decir que la igualdad está por venir es usar un eufemismo para asegurar que no la hemos conseguido. Ignorar que la mujer ha avanzado en la consecución de sus derechos es una estupidez; ignorar que la mujer aún no está en condiciones de igualdad es mala baba.
Celebramos el día internacional de la mujer todos los 8 de marzo porque un día como este, hace ya más de 100 años, un grupo de obreras del sector textil se encerraron en la fábrica donde trabajaban para pedir mejoras en sus condiciones laborales. El dueño de la fábrica tuvo la genial idea de incendiar el edificio para obligarlas a salir. Y salieron, pero más de cien de ellas lo hicieron muertas. Exigían que le redujeran el horario a diez horas, por ejemplo.
Los mismos que aborrecían y ridiculizaban a estas mujeres, no dudaban en ponerlas a trabajar en época de guerras.
No oigo voces que digan que celebrar el día del cáncer es una estupidez porque contra el cáncer hay que luchar todos los días. Claro que la pelea contra el cáncer es diaria, claro que las reivindicaciones de la mujer deben serlo también. Pero, si nadie duda de que recordar que sigue habiendo gente que muere de cáncer es necesario para no desfallecer en la búsqueda de tratamientos, ¿por qué hay tantas voces (desgraciadamente muchas femeninas) que intentan ridiculizar el 8 de marzo, como el día en que nos decimos que aún no hemos conseguido la igualdad real?
Tenemos políticas que señalan que acceder a la política por cuotas femeninas es insultante y machista. Machista, señora Cospedal es el lenguaje que sigue usándose y que dice que un jefe exigente es un hombre con carácter, mientras una jefa exigente es una “tía mal follá”; un hombre con éxito sexual es un “macho”, una mujer con el mismo éxito es una puta; un hombre que lucha por sus derechos es un “HOMBRE”, una mujer que lucha por sus derechos es una “feminista”. Tenemos ministros que nos acusan a las mujeres de ser las causantes de aumentar el paro por querer ejercer nuestro derecho al trabajo (no diré digno porque cada día es más complicado encontrar este “rara avis”). ¿Por qué nadie dice que es necesario celebrar este día porque sigue habiendo impunidad para violar y matar a las mujeres en muchos lugares del mundo; porque, en los países en los que el derecho a la vida de la mujer es un hecho, las penas por matarlas o torturarlas son de risa; porque aún se preguntan en las entrevistas de trabajo si queremos ser madres o si ya lo somos y la respuesta es motivo de no contratación; porque, desde el comienzo de la crisis, el doble de mujeres que hombres se han ido al paro; porque…?
Creo, perdónenme la afirmación, que celebrar el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora es un ejercicio de honestidad para con nosotros, una necesidad innegable, porque hoy recordamos que aún hay mucho que hacer y no podemos cejar en el empeño.
Perdónenme, por tanto, si desde aquí celebro este día y les deseo que la lucha por la búsqueda de LA IGUALDAD no sea una entelequia.
Suscribo este artículo en cada palabra, punto y coma.
Un abrazo, compañera;)
Evidentemente, no voy a poner el Día Internacional de la Mujer o el Día Mundial contra el Cáncer a la misma altura que un día de los enamorados o un día del padre por motivos obvios pero sí tengo la sensación, desde hace años ya, de que estos días importantes han diluido tanto su contenido que apenas huelen y saben ya a nada. No sé, a mí eso de que, por ejemplo, me feliciten un 8 de marzo, la Comunidad Madrid tenga entre sus actividades un master class de zumba y regalar lencería, galletas y cosméticos o que el ayuntamiento de Ciudad Real nos dedique un lema por ser “lo más perfecto de la creación” me parece una soberana meada fuera de tiesto y la prueba palpable de que la peña sigue sin entender nada de nada.
¿Hace falta seguir conmemorando, que no celebrando, el 8 de marzo? Claro que sí, pero siempre y cuando sea un instrumento de visibilización y lucha y no una meta para la que nos preparemos dos meses antes y que luego dure lo que una traca valenciana.
Un abrazo.
Días como este han de servir para concienciar aún más, y sin embargo, a menudo, se convierte el día en una especie de celebración de la mujer per se, o aún peor, de la mujer aunque sea desde el sometimiento, la desigualdad y viejos roles que implican no avanzar en todo lo que apuntas.
Un tema que aparte de afectarme (aunque en mi caso hay acuerdo y lo entendemos así) me parece importante en esta lucha es el de los hijos. Cuando esta sociedad y todos trabajemos para colocar en un plano de igualdad a los hijos con respecto a sus padres, la mujer avanzará en su igualdad. Mientras que en el hecho de ser madre y por eso ser únicas, la mujer y el hombre entiendan que ésta ha de asumir el cuidado y la dedicación principal de los hijos, será muy difícil esa igualdad, entre otras cosas por algunas que señalas (laborales, p.e.)
Y estoy con eso que he leído ya varias veces: no es día para felicitar a nadie, sino para conmemorar y reivindicar, tal y como tú, sin pelos en la lengua (va a ser imposible que te salgan, por lo que vengo observando), has hecho Carmen Moreno.
Me parece un articulo estupendo, pero desgraciadamente como apunta Francisco Miguel es un dia que se felicita a la mujer por ser mujer sin nisiquiera muchos saber esta historia de por que este dia.
Ojala no tubiese que existir este dia, por que eso significaria que la sociedad habria evolucionado hasta tal punto, que se nos juzgaria por ser seres humanos, no por raza, sexo o condicion sexual, pero desgraciadamente eso no es asi, debido en gran medida, a la cultura proveniente de ciertos sectores politicos, las religiones, la mala educacion o la incultura en general.
Solo te discutiria una cuestion, y es la definicion de feminista. Esta claro y solo hay que leer el diccionario para saber que no se busca con ello la supremacia si no la igualdad, pero como “machista” significa todo lo contrario, aveces esa palabra confunde, almenos a mi, y sobre todo por el mal uso dado por ciertos sectores feministas que aveces generalizan al genero masculino de machistas y autoproclamandose mejores en todos los aspectos. Date cuenta que no generalizo, solo digo algunos sectores feministas, pero que hacen ensombrecer la palabra haciendola complicada de entender o mal interpretandose.
Totalmente de acuerdo. Enhorabuena. Lo suscribo. Un abrazo.