[Literaturas Com Libros publica una nueva edición de la primera novela de Mario Crespo, en la que colaboro con un prólogo. Aquí puedes leer las primeras páginas y abajo figuran unos fragmentos escogidos. El libro está disponible en papel y en kindle]:
Para mí hay dos momentos clave en la historia de Gran Bretaña: la Revolución Industrial y el desvarío de Margaret Thatcher. Desde aquí se ha gestionado el mundo durante siglos. Un poder difícil de controlar sin cometer excesos. Shakespeare, Churchill, Lennon, hay muchos nombres importantes en la historia del Reino Unido. Las máscaras de los laboristas y el pecho descubierto de los torys hacen que el país, mientras funcione económicamente, no entre en guerras ideológicas intestinas (con la salvedad del problema irlandés), como sucede en los países latinos. La tranquilidad que eso aporta lo convierte en un marco perfecto para desarrollar el Plan. Se trata del lugar ideal para el establecimiento del liberalismo económico. Y de cualquier liberalismo.
**
El ser humano define su camino en función de la libertad que es capaz de alcanzar. Julianne había alcanzado muy poca en sus siete decenios de vida. La frustración se oponía a la libertad, a las variaciones de ruta, a la improvisación. La cobardía es la semilla que hace germinar los complejos. Resignarse no es una buena opción cuando no se asume la derrota. A Julianne le enseñaron lo que era una vida modelo. La mujer, como demiurgo, necesita mimos y cuidados, necesita sentirse protegida, necesita la seguridad de un hombre a cambio de unas dosis de satisfacción carnal y emocional. Eso es lo que le contaron. Y durante un tiempo se lo creyó. Perder la virginidad, tener un estatus, ver crecer a sus hijos. Eran otros tiempos. Julianne no podía recordar si fue feliz, pero sí sabía que el recuerdo de aquella época era la única felicidad a la que podía agarrarse. Luego llegó la vida, la de verdad, la que aparece un día y te espeta: hola, yo soy la vida y ya veré cómo te trato, pero sea como fuere tendrás que aguantarme. Y entonces se dio cuenta de la verdadera realidad, de que ya no podía volver atrás en un DeLorean, de que hay un momento preciso para hacer ciertas cosas, de que no se había adaptado a un tiempo que se estaba agotando. Y temblaba, y pensaba que no le importaría estar con su marido, otra vez.
**
George Street es el límite de la zona comercial con la zona de peligro. A esa altura de la calle los negocios escasean y los compradores se dan la vuelta. Pubs históricos como Three legs, abiertos desde las diez de la mañana, son tomados por grupos de hooligans desempleados que desayunan pintas de cerveza con huevo frito y bacon. Las peleas, los navajazos e incluso los disparos son algo habitual en esta zona que refleja el carácter industrial y áspero de esta ciudad. El área está llena de familias de desempleados yonquis, de esas que conciben un hijo por año para recibir más ayudas del Estado, y los beneficios se van en heroína, papel de aluminio y amoniaco, mientras los niños crecen en un ambiente de violencia e insalubridad. El Gobierno ha planteado esta cuestión muchas veces, pero no parece haber encontrado una solución.
**
Vivo en el centro de Leeds, en lo que llaman la ciudad, the town. Muy cerca de la estación de trenes. Allí cojo diariamente un tren de cercanías que me lleva a Morley. En Inglaterra las ciudades se dividen en distritos que abarcan áreas metropolitanas enormes, desde barriadas hasta pueblos. Los distritos postales de Leeds se identifican con el sufijo LS. Yo habito en LS1. Morley está en LS27. Puede ser considerada una ciudad, en realidad ostenta el título de market town, una reminiscencia social del Medioevo que otorgaba a algunas villas la posibilidad de organizar mercados, pero pertenece al extrarradio de The City of Leeds. Morley es un lugar muy popular entre la juventud inglesa por haber sido una de las cunas de la cultura club europea. The Orbit, una sala de música electrónica, fue hasta su cierre uno de los lugares de peregrinaje más famosos del clubbing mundial.
[Literaturas Com Libros]