La primera vez que vi este libro no supe si comprármelo porque hablaba de autores de los que sabía poco o o no había leído o ni siquiera conocía (Johan Winckelmann, Wilhelm von Gloeden, Axel Munthe, Norman Lewis, Kevin Andrews) o de los que he leído poco aunque conozco varias de sus andanzas (D. H. Lawrence, Henry Miller, Patrick Leigh Fermor, Lawrence Durrell). Un tiempo después supe que tenía que comprarlo por eso mismo: para conocer a esas personas, qué hicieron, qué escribieron o qué fotografiaron y cuál fue su relación con Italia y Grecia, según el caso.
Subtitulado precisamente "Viajeros por Italia y Grecia", en sus páginas María Belmonte, que además de escritora es viajera y traductora (y una grandísima lectora, como revela este libro), se adentra en la relación de cada una de esas personas con aquellas regiones. Cómo amaron los paisajes griegos e italianos, cómo se las arreglaron para vivir allí (fuera para siempre o durante algunos años), cómo las ciudades y las islas y las ruinas y los monumentos y el mar les sirvieron de inspiración o de escenario para sus fotografías, sus novelas, sus memorias, sus ensayos…
El conjunto es un libro espléndido, mediante el que María Belmonte logra que sintamos pasión incluso por los personajes que no conocíamos, y que apuntemos títulos para leerlos próximamente, y que la literatura y el Mediterráneo nos deslumbren aún más (si cabe). Cada capítulo está centrado en una de esas personalidades, y de vez en cuando, a veces como con timidez, aparece la propia autora, que ha viajado a esos rincones y ha hablado con la gente y lo cuenta, y, aunque sean breves, a mí esas apariciones tímidas me gustan mucho, me gusta saber que el escritor (en este caso la escritora) ha viajado y que no hizo todo el trabajo desde la silla.
Ya me he comprado su siguiente libro, Los senderos del mar, que espero leer pronto, y en el que cuenta su viaje a pie por territorios vascos. Aquí os dejo con un fragmento del inicio (y este enlace se puede leer la Presentación completa):
A lo largo de los años, fruto de lecturas y búsquedas incesantes, fui conociendo a los personajes que aparecen en este libro a los que he llamado "peregrinos de la belleza". Ellos han sido mis sagaces e ilustrados mentores, quienes han agudizado mi mirada, ensanchado mi percepción y guiado mis pasos por el Mediterráneo. He visitado las islas griegas de la mano de Larry Durrell, subido al monte Olimpo siguiendo a Kevin Andrews, que lo hizo cuando los alemanes no habían quitado todavía las alambradas en la Segunda Guerra Mundial, recorrido la misteriosa región de Mani con Paddy Leigh Fermor, conocido los rincones más secretos de Capri gracias a Axel Munthe… y tantas cosas más.
[Acantilado]