3 poemas de Que la muerte nos ampare, Francia Ediciones.







*

¿Por qué?
¿Por qué encima de mi corazón
creció una florcita oscura y no una roja
en su esplendor?
¿En qué libro de poemas me dejé rezando?
¿Qué ceremonia hice bastante mal,
además de bombearme escribiendo?


*

Señalo aquí
donde apuñala
el amor en su hermosura de asesino
abro con furia la sombra para que entre
como un cuchillo desafilado y salga
como saliva que reverbera las horas en que todo se anida
bajo mis párpados que nunca despiertan
del calvario de saberte
apuñalame, estrangulame
el odio, esa bendición, nos desnuda.


*

Pero hablemos de la herida mientras tomamos el té
sentados en la cama como indios
el cigarrillo siempre abrasando tus labios
el manojito de flores de la semana pasada
marchitándose como los girasoles de Van Gogh
hablemos
de lo que hacías con mi cuerpo después de la palabra dulce
quedamente
es otoño o primavera
y volvés a la palabra dulce
a recostarme en la cama revuelta
como un cazador que ha ganado por sobre la desesperación
la voluntad que siempre le fue concedida.

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3 poemas de Que la muerte nos ampare, Francia Ediciones.







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¿Por qué?
¿Por qué encima de mi corazón
creció una florcita oscura y no una roja
en su esplendor?
¿En qué libro de poemas me dejé rezando?
¿Qué ceremonia hice bastante mal,
además de bombearme escribiendo?


*

Señalo aquí
donde apuñala
el amor en su hermosura de asesino
abro con furia la sombra para que entre
como un cuchillo desafilado y salga
como saliva que reverbera las horas en que todo se anida
bajo mis párpados que nunca despiertan
del calvario de saberte
apuñalame, estrangulame
el odio, esa bendición, nos desnuda.


*

Pero hablemos de la herida mientras tomamos el té
sentados en la cama como indios
el cigarrillo siempre abrasando tus labios
el manojito de flores de la semana pasada
marchitándose como los girasoles de Van Gogh
hablemos
de lo que hacías con mi cuerpo después de la palabra dulce
quedamente
es otoño o primavera
y volvés a la palabra dulce
a recostarme en la cama revuelta
como un cazador que ha ganado por sobre la desesperación
la voluntad que siempre le fue concedida.
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