Si tú eres un dictador, dictadorcito, pseudodictador, aficionado a la dictadura o demás variantes de gobernante despótico tienes que aprender esta valiosa lección sobre cómo acabar con una incipiente y peligrosa revolución. En primer lugar no hay que hacer nada. Sí.
 
									 
									 
																																			 
			
		
 
  
			




 
 
									 
					