¿Quién lee a Morrissey?
Algunos piensan o pueden pensar que la razón por la que nadie entrevista a los grandes artistas y a los grandes escritores, que la razón por la que nunca saben en la televisión en Prime Time o en los titulares de las revistas y periódicos de mayor tirada, es porque dicen verdades incómodas. Esto es cierto, pero además de decir verdades incómodas, dicen algo que resulta mucho más ofensivo a los traficantes de infelicidad que controlan los medios de comunicación: dicen verdades baratas, muestran una verdad fácil de comprender y un camino que sólo requiere un mínimo de inteligencia y un buen conocimiento de uno mismo, nada de tratamientos costosos o de drogas carísimas. Por poner un ejemplo cito varios párrafos de una entrevista a Morrisey publicada por la revista Ajoblanco en 1991 (esa revista que nadie lloró):
-“El único deseo de la gente de mi edad era ahogarse en la masa, ser considerado como un miembro del clan”.
-“Cuando alguien vive una juventud atroz, su vida no puede sino mejorar, aunque en el fondo siga siendo siempre una persona terriblemente depresiva… Con la edad he aprendido a comprenderme mejor, a domesticar mis depresiones. No puedo eliminarlas, deshacerme de ellas, pero al menos sé como afrontarlas”.
-“Hay un goce perverso y amargo en el hecho de sentirse único, pero hay que pagar un precio muy alto y renunciar a muchas cosas en la vida. Pero debía hacerlo. Hoy en día, los adolescentes me dicen: “Mi vida está vacía, no tengo amigos, no salgo, no me gusta este mundo…”. Veo que lo que sentía entonces no era un sentimiento exclusivo, en aquel momento estaba solo y convencido de ser el único en esta situación”.
(Podría seguir, podría llenar dos hojas más, pero… ¿para qué?, ¿quién lee a Morrissey?)