Después de leer los artículos de Elena Foster y de Rosa Olivares sobre las mujeres de Picasso publicado en el suplemento de moda de El País vuelvo a plantearme la vieja pregunta: ¿Tiene que ser necesariamente egoísta el genio? Veamos algunas pistas:
-“Pero Picasso era ante todo un espíritu libre. Nunca permitió que su amor por una mujer controlase su genio, su vida, sus decisiones. vivía el presente en el amor y cuando este resultaba cansino, cortaba radicalmente las amarras y se iba a otro puerto a buscar inspiración” (Elena Foster)
-“Picasso mantiene relaciones prolongadas, tiene hijos con sus parejas, pero cuando las abandona, también abandona a sus hijos, rompiendo el hilo nuclear de la familia. Los hijos son una consecuencia, nunca importan en sí mismos.” (Rosa Olivares)
Otro dato, después de su muerte, dos de sus mujeres se suicidaron y Dora Maar tuvo que ser internada en un manicomio después de ser abandonada por Picasso. Ella dijo esta frase terrible: “Después de Picasso, sólo Dios”. ¿Por qué era tan profunda la huella que dejaba en ellas? ¿De quién se enamoraban, del genio o del hombre? ¿Se podía separar una cosa de la otra?