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Domesticábamos las cucarachas

La presencia de la escritura en el desarrollo de una persona, de una autora: Emily Roberts que nos cuenta en su Animal de huída, los instantes, las sensaciones, acontecimientos clave que van marcando su paso de la niñez al ser adulta. Es un poemario que rebosa ternura, intimidad, donde se descubre la figura de los padres, y de la madre, se refiere a ella en determinados momentos. «De cómo mi madre no sabía trenzarme el pelo», «Yo nevé al nacer. Mi madre creía en los muñecos de nieve./ Cuando me dijo: los bebés son muñecos de nieve, yo te hice, y la creí». Se juega con los límites entre una historia personal o vivencia, y el lirismo de lo cotidiano, de lo imaginado, de la metáfora que se entiende como la forma idónea para comunicar eso que es el poema de Emily Roberts. Y se entiende que forma parte de su manera de pensar, se superponen imágenes, fragmentos de conversaciones, o pensamientos íntimos en una dinámica de juego con la propia identidad de la escritora. Jugando con la frontera de la poesía que está en la vida y viceversa. Como bien dice la poeta Sara Gallardo en el prólogo: «Emily Roberts rebosa sintaxis, verbo, verbo, acto en sí mismo, acción en suspenso. Caer. Sostener la palabra / caer en medio del hiato. Aguantar la respiración. Escribir el poema». La huída del estereotipo, de las expectativas de los demás, una huida para sentirse libre y no tener que huir más, una huida hacia la invención de una misma hacia el ser una misma, «Y cuando el animal quedó libre, dejó de correr».

Dos poemas que encontramos en el libro que me han gustado especialmente, quizás porque me identifico en parte, y porque me gusta que se hable de la adolescencia, es una etapa crucial en el desarrollo de cada una. El otro poema del libro que destaco me interesa especialmente porque plantea el poder que otorgamos a las palabras, la fuerza o nostalgia que nos sugieren según el momento por el que estemos pasando, además me interesa el tema de las cucarachas, forma parte también de mi imaginario como escritora.

 

 

V

Durante los años de instituto

utilicé el amor

como forma de literatura.

 

(Los latidos muertos

de las bacantes

quinceañeras

escribiendo cartas a Bécquer)

 

Ahora el amor es un género

de serie B

que me invento

cuando no puedo estar contigo.

 

vii

Cuando todas las bestias querían destrozarse, nosotros solo queríamos un lugar donde vivir. La ciudad eran las luces, el humo, la casa nueva, los trenes de vuelta, el Media Distancia. Domesticábamos las cucarachas. Domesticábamos la suciedad. Nadie soñaba con quedarse, excepto yo.

Nuestro hogar fue el cisma.

Imagina morir si lo dices en voz alta.

Por último un poema inédito de Emily, donde parece interpelar a alguien, el lector puede observar ese terreno personal, compartido, que ahora se hace nuestro; nos dice en Animal de huída: «y si no te escribo a ti/ le escribo a nadie» y ese nadie quizás paradójicamente apela a su contrario, todos, para referirnos también a quienes leen. 

 

Souvenir

No sé qué puedo traerte de aquí.
Siempre me han gustado los souvenirs, las tiendas
de recuerdos, pero no he encontrado nada
que puedas llevar, comer o colgarte del cuello.

No sé qué puedo traerte de aquí
aparte de un tren que siempre llega a tiempo,
de un chasquido que tu lengua no sabe hacer,
de la palabra que no sabes traducir.

¿Y de qué te serviría?
No has venido aquí a buscarlo.
No has venido y ahora sólo
quedan estas manos vacías.

 

 

Esta tarde hay una lectura de las poetas de la colección Alejandría de la editorial Oblicuas, entre ellas está Emily Roberts, con su libro «Animal de huída», será en la Sala Búho Real a las 20h, una buena oportunidad para disfrutar de la poesía. También estará Adriana Bañeres que ha publicado hace poco en esta editorial y sobre la que escribiré un post más adelante. 

 

Emily Roberts (Ávila, 1991). Licenciada en Filología Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid y es becaria de colaboración en el departamento de Literatura Inglesa. Ha residido un año en Utrecht, Holanda, y actualmente vive en Madrid. Ha publicado una novela, Lila (Ediciones Oblicuas, 2011) y ha participado en diversas antologías de relato y poesía como Tenían veinte años y estaban locos(La Bella Varsovia, 2011), Hijas del pájaro de fuego (Fin de viaje ediciones, 2012), Erosionados (Origami, próximamente) y Al encuentro de todo (Escuela de escritores, 2011). Ha recibido tres veces consecutivas el primer premio de Narrativa Corta del certamen Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Ávila. Ha sido becaria de excelencia del grupo de investigación LEETHI. También ha publicado artículos académicos y traducciones del inglés como la selección de poemas para VOMIT (El Gaviero, en preparación), la revista Quimera y diversos blogs. Es columnista del diario Tribuna Ávila, coordina la antología digital Ciudades esqueleto junto a María Sánchez.

La podéis seguir en: http://emilyrobertswrites.blogspot.com.es

 

Por Violeta Nicolás

 
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