Ese momento «maravilloso» en el que debes ponerle un título a tu creación, el toque final tan decisivo para la recepción de la obra… ¡Qué importancia le damos al título! y es que se nos presenta como el nombre y los apellidos de nuestro retoño. ¿El título debe aportarnos información adicional sobre la obra? pero, ¿no es mejor dejar un margen al otro para que interprete a su manera? ¿debe ser sugerente como un verso del mejor de los poemas? ¿neutral y matemático? en fin, este tipo de preguntas nos las hemos hecho más de una vez todos los que generamos artefactos artísticos y somos creativos.

Isidoro Valcárcel Medina nos habla sobre este arte de intitular, y nos llena de entusiasmo con su gran título: SIN TITULOS. Tuve la suerte de presenciar la conferencia, que se ha convertido en una publicación digital del IED muy completa, ya que incluye el texto manuscrito, algo que aprecio mucho dado el carácter performativo de la escritura de mano del gran performer y lo valioso que me parece recuperar estos trazos en la era mecánica y digital. Además tenemos el texto transcrito con una tipografía digital clara y un video de la conferencia en cuestión, donde podemos ver al artista acompañado de Julia Jorge. Al final podemos leer sobre el desarrollo del encuentro que dio lugar al encuentro con el artista, a través de la voz elocuente y cercana de Pedro Medina.

Nos dice Isidoro Valcárcel Medina, «Mis palabras surgen de alguien que disfruta con los títulos, sí, pero, antes que nada, de alguien que, por profesión tiene que o suele usar títulos, aunque puede, si lo desea, renunciar a ellos». Se trata de un libro que nos va a hacer sonreír en más de una ocasión, al ir descubriendo títulos destacados en color rojo inmersos y entrelazados en el texto. Es un asunto sobre el que debemos reflexionar, porque seguro que nos ha llevado más de un quebradero de cabeza el hecho de poner título a una creación, o bien, nos hemos sorprendido o indignado como espectadores al encontrar un título que no se corresponde con la obra, bien que nos resulta ridículo, o qué nos encanta y no sabemos porqué.

Un fragmento de Sin títulos:

«En defensa de lo que es nombre identitario, se me ocurre argüir que sin él las obras no serían comprendidas en el sentido buscado por el autor. Pero, claro, hay excepciones, siempre las hay. Pienso en Luz en movimiento o, mejor, en Objetos colocados según las leyes del azar, pieza en la que algo faltaría si no tuviera ese título, pero a la vez, pienso en otras posibles obras con esos objetos situados de otra manera y a las cuales el título les vendría también estupendamente, pues el azar bien podría haber elegido colocarlos así. Y es que el caso es de los motivos más inspiradores en el mundo de la cultura; véase si no: Azar controlado, Fragmentos de una cronología del azar, El azar y la necesidad, pero sobre todo en la concluyente Seguro azar.

Lo que pretendo es poner de relieve que el acierto, aquí, no es lo contrapuesto al error, sino algo que lucha contra la insignificancia. Y de la misma manera o con el mismo sustento se encuentra la equivocación rodeada tan de cerca por el acierto que se beneficia de ese encanto de la cercanía.
Podríamos, sin ir más lejos, inspirarnos en La torre del laberinto, camino de la sabiduría para confiarnos a esta pregunta: ¿por qué no atreverse a valorar la intrascendencia más que posible de nuestras ideas como un valor incuestionable de nuestro empeño en generarlas? Una sugerencia combativa en medio del surtido de las posturas conformistas…»

Sin títulos

Isidoro Valcárcel Medina

Editorial IED

2014

Isidoro Valcárcel Medina (Murcia, 1937). Cursa estudios de Arquitectura y Bellas Artes en Madrid. Es uno de los artistas más representativos del arte conceptual. Su arte se relaciona más con las situaciones y la realidad que con la producción de objetos. Desarrolla su primera exposición individual en la galería Lorca de Madrid se realizó en enero de 1962. Es considerado un artista comprometido y social, que vive el arte desde lo cotidiano. Es Premio Nacional de las Artes Plásticas 2007.

Por Violeta Nicolás