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612 euros, de Jon Arretxe

Conocí a Jon Arretxe el año pasado, en la Semana Negra de Gijón, ese evento literario negro en el que se forjan tantas amistades. No sabía nada de él, no había leído nada suyo, por tanto, lo primero que me llamó la atención fue la persona, no el autor, ya que no fueron pocas las veladas en la Iglesiona o en la terraza del Don Manuel. Por pura curiosidad, compré «19 cámaras» (Editorial Eréin), y me encontré con Touré, un detective negro de Burkina Faso, sin papeles, un buscavidas del barrio de San Francisco de Bilbao que además adivinaba el futuro, cantaba en coros o ejercía de gigoló, según las circunstancias. Además, me encontré a un autor que escribe novela negra ciñéndose al canon, aunque con unos toques de originalidad frescos y sorprendentes.

Si en «19 cámaras» nos enseñaba al detective Touré y su entorno (el mencionado barrio de San Francisco), en «612 euros», también publicada por Eréin, nos muestra al protagonista trabajando de toro de fuego en las diversas fiestas populares. Touré lleva el chandal del Bilbao y el himno como tono en el móvil porque esto suele despertar simpatías entre los bilbaotarras, imaginen lo exótico del caso.

En esta novela, narrada en primera por el propio Touré, al detective se le presenta un presunto pariente de Burkina Faso con su hijo. Él les aloja en su casa compartida con otros inmigrantes africanos no sin recelo, ya que no se llega a tragar del todo la supuesta relación familiar entre ellos. La ocupación de los recién llegados es el robo en casas. El padre elige el piso y el crío asciende y desciende por los canalones con todo lo que puede arramplar para después venderlo en el mercado negro.

Precisamente, dos de estos robos van a ser los conductores de la trama. En uno, a una vieja tacaña casada con un antiguo minero inválido, le roban un consolador, una dentadura postiza y una novela de Javier Abasolo (en sus novelas, el autor hace guiños constantes a Abasolo). En otro, el crío ha robado una bolsa (de harina, según él) que resulta estar llena de cocaína. Cuando el pariente es brutalmente asesinado y Touré encuentra la droga en su casa, comprende que tiene un problema de difícil solución.

Por la novela vuelven a aparece los personajes de la anterior, que inicia la saga de Touré: Txema, el repartidor de libros; Sa Kené, una chica blanca imponente que ahora trabaja en una farmacia después de haber ejercido la prostitución; Osmán, compañero de piso de Touré que regenta un locutorio y ejerce de perista; y así hasta completar un exquisito ramillete de personajes secundarios.

A Touré, le sigue obsesionando su hija, que vive en París, con la que habla poco, muy a su pesar, y es bastante probable que Jon nos vaya dando más detalles en sucesivas entregas. Independientemente de los casos de poca monta que pueda presentarnos, lo interesante de las obras son las formas de vida del colectivo inmigrante del barrio de San Francisco, antiguamente poblado por estibadores y mineros y hoy convertido en un crisol de etnias (sudamericanos, subsaharianos, árabes, chinos, gitanos y blancos caídos en desgracia). Gente que habita con vocación el terreno de la marginalidad violando la ley hasta donde los recovecos del sistema les deja.

Buen descubrimiento el de Jon, que lleva más de una década escribiendo ensayos, artículos, novelas de viaje y novelas negras. Volví a encontrármelo esta Semana Negra y volví a compartir momentos entrañables con él y con otros compañeros, sobre todo ese (la anécdota quedará para los restos) en el que después de estar un rato comiendo oreja con cachelos exclamó: ¡qué pulpo tan raro!

Otra de las anécdotas de esta novela es que la encargué y me la trajeron en euskera. Finalmente me trajeron la versión en castellano para poder disfrutar de ella ya aquí, en Madrid, con la dedicatoria de su autor en la primera página. Un escritor a tener en cuenta, sin duda, y que viene a engrosar la nómina de novelistas negros de este país. Y además, polifacético. No les digo nada más que, después de Gijón, el tipo se iba a cantar Carmina Burana al Campoamor en Oviedo. Espero que haya sido un éxito. Sus novelas, ya lo son.

Jon Arretxe (Basauri, 1963), es doctor en Filología Vasca, licenciado en Educación Física y ha completado, en los conservatorios de Bilbao y Vitoria, sus estudios de piano y canto.

Este polifacético y exitoso autor tiene la creación literaria por oficio, pero también ofrece conferencias sobre sus libros o viajes, y además canta ópera, siendo integrante de los coros de ópera de Bilbao y Pamplona.

Desde la publicación de su primera obra, en 1991, su producción  combina principalmente la literatura de viaje (7 Colores, Tubabu, El sur de la memoria…) y la novela negra (Shahmarán, La Calle de los Ángeles…). A este género pertenece Sueños de Tánger, trabajo publicado en la colección cosecha roja.

 
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1 Comentario  comments 

Una respuesta

  1. […] No soy el primero que habla de ella: otros han destacado ya mejor que yo las virtudes de 612 euros (como Paco Gómez Escribano, a quien odio por quitarme el post de la punta de la lengua). La publica Erein en su colección Cosecha Roja, que reúne en su catálogo, además de al propio […]

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