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Innovar o no…

A muchos les parece raro que la Real Académica de la Lengua Española cambie normas o recomiende determinados usos para establecer una gramática y ortografía común a todos los hispano parlantes. Ya les pasaba lo mismo a nuestros antepasados que vieron al latín dividirse en latín culto y latín vulgar. Después, ganó peso el uso de lenguaje vulgar y aparecieron las lenguas romances tempranas y así fue evolucionando hasta llegar a la lengua que conocemos hoy y sus variantes. Así que si la lengua viaja en el tiempo y evoluciona como hacemos los humanos, ¿por qué hay que escandalizarse tanto por las novedades del diccionario? Prescindimos de los acentos en los mensajes de texto y entiendo que los académicos prefieran correr a adaptar ciertos términos o condiciones para unificar una norma apta a lo común. Pero excederse en llevar los cambios normativos a la misma velocidad que Internet, me parece exagerado.Me da pena que la letra Ñ esté perdiendo fuerza y algunas webs ya ni la reconozcan. Puede que si dejamos a la lengua cambiar por si sola y adaptamos los cambios de las gramáticas y diccionarios una vez que el uso esté realmente extendido, los cambios sean menos chocantes. Soy de las que prefieren seguir acentuando ‘sólo’ y ‘éste’ para distinguir entre:  

Estaré solo un mes (‘en soledad, sin compañía’) Estaré sólo un mes (solamente un mes). 

Este chico es Juan = Éste es Juan

Y sé que son muchos los que prefieren seguir utilizando la tilde para diferenciar y hacer un buen uso del lenguaje, pero negarse a ver la realidad social de hoy, la crisis en la educación y la adicción a los teclados virtuales nos terminará convirtiendo en unos carcas lingüísticos para los que vengan detrás.

¿Qué opináis? ¿Debemos dejar a la lengua en paz o nos dejamos llevar por su rápida evolución?

 
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2 de respuestas

  1. Es verdad, hay todo un debate actual ante quienes ven en las tecnologías (mensajes de texto principalmente) un efecto nocivo para el buen uso de la lengua; creo que, más allá de los tildes o no, de ciertas formas lingüísticas o no, todo retorna al problema del descuido de la educación (a nivel mundial) y los cambios (deformaciones, facilismos amputaciones) en las lenguas vienen nomas a ser un espejo del mundo que tenemos, que nombramos y que nos nombra.
    Muy buena nota!

  2. Gerardo Gabaldón

    Quizás sea que me acerco a los cincuenta pero no termino de asimilar las «tecnoburradas» a las que nos quieren acostumbrar. Bajo el paraguas del pragmatismo de las tecnologías se solapan pocas ganas de escribir todo lo bien que cada uno pueda y una excusa perfecta para patear el diccionario. No es lo mismo escribir siento la pérdida de tu mujer a siento a la perdida de tu mujer.
    Un cordial saludo.

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