Por @SilviaP3
Somos quienes somos. Y, en cada etapa de la vida, cada cual decide qué rasgos de su personalidad prefiere potenciar. En nuestro interior subyace la mejor y la peor versión de nosotros mismos. Cuál escogemos depende de cómo decidimos ser, cuál escogemos determina el tipo de gente que nos rodea.
He ahí donde se encuentra el cambio, en ese preciso instante en el que uno mismo inclina la balanza hacia uno u otro lado, por elección propia, ajena a los demás, por más que muchos pretendan acusar a los otros de las propias faltas cometidas. Sin embargo, en contra de lo que pueda parecer, esa decisión la tomamos cada mañana, cada tarde, cada noche.
Cada elección marca la diferencia. Por cada una habremos de pagar un precio. Y así, nuestros hechos, no nuestras palabras, definen que seamos quienes somos.