Facebook Twitter Gplus YouTube RSS
magnify
Home Entradas anteriores Así se hizo MALDITA NOSTALGIA
formats

Así se hizo MALDITA NOSTALGIA

Maldita Nostalgia es una historia de segundas oportunidades… aunque no necesariamente bien aprovechadas. Y tuvo su origen en dos sueños, uno bueno y otro malo, en los que esas segundas oportunidades también tenían mucho que ver.

El primer sueño, el malo, se repitió muchas veces desde la adolescencia hasta más o menos los treinta. Siempre el mismo. Y siempre con el mismo resultado. En ese sueño yo estaba en la cama, mi cama. Lo cual lo hacía más real. Porque también era mi habitación. Tumbado boca abajo. Y entonces notaba cómo algo, una presencia, se me acercaba por la espalda. Si alguien está pensando en un chiste… que no lo espere, que era una cosa muy chunga. El terror me paralizaba. No podía moverme. Y lo único que podía hacer era gritar. Pero hasta eso me costaba. Me temblaba la boca. Empezaba a tiritarme todo el cuerpo… Hasta que lo conseguía. Gritaba. Y despertaba. Me incorporaba sudando. Me relajaba. Volvía a acostarme. Y entonces me daba cuenta de que había despertado en otra pesadilla, porque volvía a notar cómo esa presencia se acercaba. Volvía a temblar. Y a gritar. Para despertar de nuevo. Esta vez de verdad. Pero no solo yo. También medio vecindario. Y mis padres. Que venían a la habitación para ver qué pasaba. Y que, con el paso de los años, supongo que como los vecinos, se acabaron acostumbrando. Conclusión: cada noche me iba a dormir temiendo que esa presencia apareciera. Y con el firme propósito de si tenía otra oportunidad reuniría el valor suficiente para girarme y ver de quién se trataba. Tuve la oportunidad muchas veces, pero nunca los cojones… Supongo que porque no quería verlo. Porque podrían ser todos mis temores en uno. Y claro, eso da muy mal rollito.

Ese era el mal sueño. El bueno también se repitió muchas veces: escribir una historia y compartirla. Escribía algo, lo enviaba a editoriales si eran novelas o a productoras si eran guiones… soñando que lo conseguiría. Y despertaba con un no. Así que escribía otra historia, volvía a soñar… y a despertar. Y alguno pensará, “joder, pues menos mal que este sueño era el bueno…”. Os aseguro que lo era. Porque me obligó a levantarme. Una y otra vez. A ser realista. Consciente de las dificultades. Pero sin dejar de soñar… con una oportunidad.

Y así fue como en 1999 escribí un guión de largo titulado Maldita Nostalgia. Donde escribí sobre todos esos miedos que representaba lo que venía a visitarme por las noches. Sobre todo uno, el miedo a que a mi familia le pasara algo. Aderezado con esos elementos de thriller que me han gustado desde siempre. Con policías, criminales, traidores, prostitutas y algún que otro psicópata. Qué se le va a hacer. Soy más de Scorsese que de Lars Von Trier… Y, en aquellos tiempos, tan ingenuo como para creer que podría hacer carrera como guionista de cine. Así que, como otros dos guiones que había escrito anteriormente, lo envié a un montón de productoras. Ya sabéis, para seguir soñando con una oportunidad. Algunas de esas productoras ni contestaron. Otras escribieron para darme cordialmente las gracias. Pero hubo una que tuvo el detalle de llamarme por teléfono:

– Hola, ¿Juan Luis Marín, por favor?

– Sí, soy yo, ¿quién es?

– Me llamo Marta y te llamo de Lola Films en relación a un guión tuyo que recibimos hace unos meses, Maldita Nostalgia.

Lola Films, que había ganado el Oscar a la mejor película de habla no inglesa por Belle Epoque…

– Andrés se ha leído el guión y le ha gustado mucho…

– ¿Andrés? ¿Qué Andrés?

– Mi jefe. Andrés Vicente Gómez.

Ahivá la hostia… pensé. Al final va ser verdad que los sueños se cumplen…

Pues no. Nos reunimos, dijo cosas muy buenas del guión… pero había un problema, ¿quién lo dirigiría? Porque no bastaba, por muy bien que sonase, que le hubiera gustado a Andrés. También tenía que gustarle a alguno de los directores que habitualmente trabajaban con él.

– Yo lo tengo aquí- me dijo la tal Marta-. Y si un día algún director me pide un thriller, le paso a éste. A ver si le dan una oportunidad.

Creo que estuve un año llamándola cada tres o cuatro semanas a ver qué pasaba. Sin que pasara nada, claro. Es una de las lecciones que aprendí: si alguien no te llama es que no tiene nada que contarte. Y si te pasas insistiendo en saber, dejarás de mostrar interés a convertirte en un brasas.

Así que lo dejé correr. Mandé el guión a otras productoras pero nada. Hasta seis años después, en 2005. Cuando decidí convertir Maldita Nostalgia en novela. Si mis guiones no habían tenido ninguna oportunidad, a mis novelas tampoco les había ido mejor en el mundo editorial. Y me dije que a esta historia quizá tuviera una.

Más envíos, más negativas… hasta que en 2010, recibo un mail. Una editorial de reciente aparición quería publicar Maldita Nostalgia. Cojonudo. Firmo el contrato. Y seis meses después, seis antes de la fecha estimada para que la novela saliera al mercado, la editorial cierra. Puta crisis…

¿Y qué hice?

Seguir escribiendo. Y seguir soñando con una oportunidad.

Hasta que hace dos años, La Factoría de ideas decide publicar Almas Grises, otra historia que fue guión de cine, rechazada en decenas de productoras, convertida en novela, rechazada en decenas de editoriales…

Las cosas han ido muy deprisa después. Con Maldita Nostalgia son tres novelas publicadas en dos años. ¿O son veinte años? Porque escribí mi primer guión en 1994 y mi primera novela en 1995. Es cierto que podría haber ocurrido antes. Pero también podría no haber ocurrido aún. O que no ocurriera nunca. Como cualquier sueño. Como jugar a la primitiva todas las semanas. Sí, es muy complicado que te toque. Pero imposible si no juegas nunca.

De momento, yo voy a seguir jugando. Y soñando.

En cuanto a quién me visitaba aquellas noches, acercándose por la espalda mientras yo dormía… le puse nombre. Y le perdí el miedo.

Hace mucho que no viene a verme.

Pero, quién sabe, quizá vosotros no tengáis la misma suerte. Sobre todo si leéis Maldita Nostalgia.

Se llama Toledano.

Y como alguno de vosotros ya sabe, se las trae.

Así que… cuidadito.

 

 
 Share on Facebook Share on Twitter Share on Reddit Share on LinkedIn

2 de respuestas

  1. Esther González

    Maravilloso, Juan Luis. Un soñador-escritor (o escritor-soñador) nato. Y si es biográfico lo que cuentas tan bien, me subes la moral, además. Saludos, Juan Luis.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *