Al oeste del Edén, de Jean Stein

 

 

Puede que Jean Stein sea siempre recordada por su famosa entrevista a William Faulkner en The Paris Review, pero sería una lástima que este libro pasara desapercibido.

A lo largo de 380 páginas nos cuenta una gran parte del desarrollo de los cimientos de Los Ángeles mediante las historias de Edward L. Doheny (el personaje que inspiró una novela de Upton Sinclair y la película Pozos de ambición), los empresarios de Warner Bros., Jane Garland y sus desequilibrios psicológicos, la actriz Jennifer Jones, el productor David O. Selznick y el propio padre de la autora (uno de los fundadores del sello discográfico MCA Records). Es decir: indaga en las industrias del cine, de la música, del petróleo y de la psiquiatría.

Y nos lo relata en forma de historia oral, con las declaraciones de gente como Joan Didion, David Geffen, Lauren Bacall, Mike Davis, Gore Vidal, Jane Fonda, Arthur Miller, Naomi Klein, Larry Niven, Dennis Hopper, Warren Beatty... entre otros muchos. Un auténtico festín para mitómanos y lectores. A Stein le costó unos 20 años concluir el proyecto y, un año después de salir el libro, a los 83, se arrojó desde un rascacielos (el mismo método que empleó la hija de Jennifer Jones, cuya vida y suicidio también se cuentan en este magnífico Al oeste del Edén, subtitulado “En un lugar de Estados Unidos” y que incorpora algunas imágenes a este pequeño catálogo de Historia de Los Ángeles).

Apenas unos días después de terminar su lectura, fui al cine a ver la nueva película de David Fincher, la extraordinaria Mank (sí, ya sé que la ponen en Netflix, pero necesito ver ciertos filmes en pantalla grande): algo del libro de Stein hay en Mank, en el sentido de volver a reencontrarse con algunas de las personalidades retratadas en aquellas páginas: por ejemplo, Upton Sinclair o algunos de los magnates; también nos encontramos en ambas con ese universo hollywoodiense en el que se mezclaban los amoríos, los negocios, los escándalos, la política, la escritura y el alcoholismo. Ambas obras, tanto Mank como Al oeste del Edén, me parecen esenciales para cinéfilos (los que no lo sean, o no controlen nada del viejo Hollywood, tal vez deberían abstenerse de ver la primera y leer la segunda: así no dirán que se aburrieron o que no entendieron nada).


[Anagrama. Traducción de Amado Diéguez Rodríguez]

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