Viejos libros de fotografía

 









1. Pelusa

¿Proust: obsesión por el autorretrato? ¿Más que Xavier Dolan y su truco de magia en Mommy

En La grande bellezza, esa película plena de referencias a En busca del tiempo perdido, Pep Gambardella acude a una exposición con fotografías del rostro de un hombre de los dos a los cincuenta añosLas primeras se las debe a su padre. 

Friedlander: ¿Quién detrás de la cámara? ¿Quién el modelo? ¿Somos dueños de las imágenes de nuestro cuerpo, las grabaciones de nuestra voz de hace treinta años? 

Nuestras fotografías: caramelos caducos y con pelusa en las bolsas de la camisa.








2. Cepillo de dientes

Sontag reprocha que la fotografía nos hace creer que cada instante, cada objeto es digno de retratarse. 

Simic escribe que estos siglos (el XX y el XXI) son los tiempos de los poetas menores. 

Los poetas que escriben detrás del recibo de la colegiatura de sus hijos. 

¿Proust sería mayor o menor?

En el final de El Tiempo recobrado explica que cambia la densidad y el tamaño espacial de sus personajes por una dimensión temporal: titanes liados en antiguos decires de salón. 

Martín Parr está por lo pequeño, por lo infraordinario.

Aquí la voz de Perec, sus descripciones de objetos sin importancia que sin embargo habitan la mayor parte de nuestra vida: la deformación del cepillo de dientes, el desgaste de la suela de los zapatos, el pupilente extraviado.







3. Peluquería


Dos playeras blancas, cuello V, talla M. 

Una la uso para dormir, la otra permanece en su empaque. 

¿Cuál de las dos está deforme? ¿La que está jalada de las mangas, las costuras con un particular desgaste de la nuca y del vientre? ¿La otra, la que nadie ha usado? 

Una tarde el narrador de Proust se sorprende en su cama al leer en la primera plana del diario unas palabras que de alguna manera le parecen familiares pero que ya impresas son sumamente ajenas. 

La sensación de Perec al mirar un edificio donde existió una peluquería con el nombre de su familia. 

Eggleston fotografía esos dos aspectos de lo extraño-cotidiano, los objetos en sí y la dependencia de los usuarios: un par de cobertores y media docena de sandalias oscuras.





Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*