La suerte de Omensetter, de William H. Gass



En El Plural he sacado una reseña bastante extensa de esta novela, así que aquí me limito a dejar un párrafo (y un link a las primeras páginas):

Brackett Omensetter era un hombre ancho y feliz. Sabía silbar como silba el cardenal rojo en la nieve espesa, o zumbar como zumba el tímido blando al salir de su refugio, o ser la alondra que ante el cielo sofoca una risita. Conocía la tierra. Metía las manos en el agua. Olía el olor limpio del abeto. Escuchaba a las abejas. Y reía con una risa profunda, fuerte, amplia y feliz siempre que podía, que era a menudo, un buen rato y con alegría.


[La Navaja Suiza. Traducción de Ce Santiago]

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