A MODO DE SINESTESIA


se nos viene encima el otoño (o se jodió, que dirían otros, el verano), días más cortos, noches más largas, bajada de las temperaturas y hojas que comienzan a amarillear... todo eso por fuera, y semejante o lo mismo, a modo de sinestesia (porque los poetas, aunque os parezca forzado y absurdo, pensamos así) por dentro, vuelta a los zapatos y los menús baratos, al estrés de la ruta y la carretera... y es, en cierto modo, como si todo volviera a renacer de nuevo, la vida al ritmo de las estaciones, un eco remoto y ancestral, cómo crecen y mueren los brotes, las vacaciones y el colegio, la ruta y la ensoñación, las mudas y los cambios de piel, y nuestro reloj de pared, tic tac, tac tic, marcando inclemente las horas... pese a lo trágico y pasajero, me digo, tiene su gracia también este juego...


Vicente Muñoz Álvarez

photo by Marlus Leon

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