Salvador Dalí, de artista del surrealismo a símbolo de la resistencia

Hay genios que destacan incluso entre los artistas más importantes de su propia generación. Personas que consiguen dejar su huella en nuestro planeta, a través de su arte por ejemplo, y que no solo sorprenden a sus coetáneos sino que sirven de inspiración e influencia a todo el que viene detrás, marcando un antes y un después en la cultura. Una de esas personas, uno de esos genios infalibles, era Salvador Dalí, pintor, escultor, escenógrafo y escritor español nacido en Cataluña, que desarrolló su obra a lo largo de todo el siglo XX, convirtiéndose en una auténtica figura de referencia para muchos artistas en diversos campos.

Dalí era un tipo excéntrico, pero es que es imposible no serlo cuando de tu mente surgen ideas tan maravillosas y diferentes como las que él tenía. Llegó a concebir escenografías para cine y teatro, escribir numerosos libros, realizar pinturas que hoy son consideradas imprescindibles para entender el arte vanguardista e incluso crear diferentes esculturas para parques, plazas y edificios que inundan sobre todo Barcelona, la ciudad que siempre le maravilló. El legado de Dalí sigue más que vivo hoy en día, gracias a su obra y a todo lo que supuso en su momento, porque siempre es recordado por todos aquellos amantes del arte y la cultura.

Dalí fue considerado uno de los máximos exponentes del surrealismo

Desengañados por la deriva que había tomado el arte academicista, a principios de siglo varios artistas, en diversos campos, crearon las vanguardias recogidas dentro de un mismo género, el surrealismo. Se trataba de escapar de lo habitual, de dejar volar la imaginación y buscar la inspiración en el subconsciente, esa parte de nuestro cerebro que no estaba contaminada por lo académico, por las reglas y las normas que imbuían el mundo. El surrealismo se desarrolló sobre todo en las primeras décadas del siglo XX, y Dalí siempre ha sido considerado como uno de sus mayores exponentes, por la forma de entender esas ideas revolucionarias y llevarlas al arte, en la pintura especialmente, pero también al cine o a la escultura.

 

Su arte iba más allá de la pintura

Aunque su principal reconocimiento se debe a sus pinturas, a su obra pictórico, lo cierto es que Dalí era un auténtico artista total, un hombre renacentista que no quería verse limitado por el formato de la obra, y que pretendía llevar sus ideas y su arte a cualquier soporte que pudiera convencerle. Por ejemplo, la escritura o la escultura, de lo que hay numerosas evidencias sobre todo al final de su vida. Dalí quiso convertir cualquier tipo de obra en algo personal, buscando siempre la inspiración en su propio subconsciente, al que creía dotado de la capacidad de absorber lo que otros ya había creado, para hacerlo suyo y convertirlo en algo diferente.

 

Sus trabajos en el mundo del cine

Una de las facetas más populares de Salvador Dalí fue su relación con el cine en numerosos proyectos en los que dejó su huella. Seguramente el más popular sea Un Perro Andaluz, proyecto que creó junto a su amigo el cineasta Luis Buñuel y que supuso una verdadera revelación para su tiempo, por las provocadores y oníricas imágenes que contenía. Después de conocer esta obra, Alfred Hitchcock decidió fichar a Dalí para su película Spellbound, en la que el catalán se encargó del diseño artístico de una pesadilla que sufre el protagonista. Más tarde Dalí también fue tentado por Alejandro Jodorowsky para su participación en el proyecto Dune, que sin embargo no salió adelante con el director chileno, y no contó con la colaboración del artista.

 

La casa de Papel

Aunque la figura de Dalí siempre ha sido tremendamente popular, incluyendo en las nuevas generaciones que ya lo han conocido tras su muerte, es cierto que a veces una figura como la suya necesita una nueva conexión diferente con los jóvenes que tal vez solo conozcan su nombre de oídas. La serie de televisión La Casa de Papel ha vuelto a poner a Dalí de moda gracias a las caretas con su rostro que llevan los atracadores que realizan el asalto a la Fábrica de Moneda y Timbre en Madrid. Vestidos con un sencillo mono rojo, lo que más llama la atención en ellos es la careta que recuerda a una imagen exagerada del rostro de Dalí, con ojos desorbitados y su inconfundible bigote.

 

Tras el éxito de la serie, Salvador Dalí está más vivo que nunca

La emisión de La Casa de Papel comenzó hace cuatro años en Antena 3, pero tras su segunda temporada, la serie se trasladó al servicio de streaming Netflix, que ha apostado fuerte por ella, convirtiéndola en todo un éxito no solo en España, sino en el mundo entero, siendo la serie no americana más vista de la plataforma. Gracias a ello, la imagen de Dalí ha vuelto a ponerse de moda y el legado del artista sigue más vivo que nunca, de la mano de una serie de atracadores con muy buenas razones para realizar el asalto, y que se esconden tras el rostro del genio catalán porque más que un atraco, lo suyo es una verdadera obra de arte. En la ficción o en la realidad, larga vida al genio.

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