UN POEMA de JUDITH RICO



La vida se me hace agua
para tus flores,
y tú no estás ahí para decirme
que las margaritas no toleran la sal
o que odias cuando escribo poemas
y los sujeto con mis horquillas
a los tallos que quedan atrás
acariciando el mármol.

No vienes,
pero sigues estando.
No estoy,
pero seguiré viniendo
hasta que el corazón se me haga agua
y muera evaporándome en tus jarrones.


Judith Rico


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