A BASE DE REFORMAS por MARÍA DONOSO




Ahora que tengo los huesos recién pintados
-por eso de que mueren por ti
y quiero que lo hagan guapos-
he reformado las ganas de recibirte.

El colchón no para de decirme que
hagamos con su relleno de tripas corazón.

La almohada tiene complejo de brújula
y me pregunta si ya he aprendido a dormir.

¿Cómo se consigue si los sueños
siempre viran a tu orientación?

El suelo tiene los brazos abiertos
para que juegues con mis braguitas
al balón prisionero.

Parece que se ha jubilado el timbre.
Por eso de que no llamas y
hogar suena a ciencia ficción.

El felpudo de la entrada me ha pedido
un tiempo para pensar
qué coño significa "Bienvenido".
Estaba pensando en darle plaza,
del hueco que deja,
a un cartel de "se busca auxilio indefinido"

No sé si lo sabes,
pero creo que la etiqueta del jersey
me está rascando los besos de la nuca
y el frío viene y va como Pedro por su casa.

Me he pintado la boca de poderes
para ver si con esas las heridas
son menos carne de cañón
y se quedan en recámara.

En los ceniceros quedan
restos de cosquillas
que me tienen calada.

Me miran.

Susurran:
"¿A qué aspiras, chiquilla?"

Ahora que tengo las caderas
acondicionadas a tus palmas;
y en faena los escalofríos de la piel.

Tienes que volver y,
con todos mis respetos,
no esperes que me porte bien.


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