LA MANO QUE MECE LOS DADOS



por qué hacemos y decidimos súbitamente esto o aquello sin sopesar racionalmente lo otro, ciegamente, por qué justo en un momento concreto y no antes ni después, me pregunto, lo que marca nuestros caminos y destinos, por qué... los valores, los principios, lo inalienable e intocable e inalterable, dónde y en qué punto se sitúan y debido a qué circunstancias... eso me pregunto esta noche oscura del alma, febrero congelado en la tierra, mientras escucho aullar a los lobos por dentro, en el corazón de mi bosque, en lo más primitivo de mí, por qué esto y no lo otro o aquello, y por qué, en mi caso y siempre, tan impulsiva y súbitamente... como si algo superior y ajeno a mi voluntad me guiara, así suceden a veces las cosas y brotan las palabras, el alma, los astros, los genes, la educación, la filosofía o la religión, no lo sé, debe ser sin más la intuición, la mano que mece los dados, y esa sí que es sagrada...


Vicente Muñoz Álvarez

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