Isla Correyero

Por fin está en la calle el nuevo libro de Isla Correyero; lleva por título genérico ‘Género humano’ y está compuesto por su reconocidísimo ‘Diario de una enfermera’ (ampliado) y por un libro nuevo que se llama ‘Occidente’. Dos por uno. Sobredosis de poesía en más de 300 páginas.
Dejo hoy aquí algunos poemas de ese segundo libro, ‘Occidente’, en el que Isla va diseccionando tanto la frágil condición del ser humano como la sociedad en la que vivimos; una crónica sarcásticamente lúcida, tan elegante como brutal, pero sin estridencias, de una conciencia crítica con nuestro entorno.


EMIGRANTES
Llegamos al atardecer. Hacía frío.
Había esa luz dorada y como triste que va extendiéndose sobre los sentimientos de quien va buscando la misericordia de la vida.
Mamá nos hablaba con voz frágil colocándose el pañuelo de caballos y monedas, muy sensible, tal vez sentimental, recordando lo que habíamos dejado, con un brillo terriblemente oscuro en las pestañas.
Mi hermano, con sus gafas de niño antiguo y bueno nos miraba, callado, con aquella expresión de asombro y de tristeza que algunos hombres conservan para siempre.
Habíamos bajado del coche –el primer coche rojo que papá se compraba– y habíamos mirado alrededor
translimitando la realidad y la amargura.
Sólo mi padre, aparentando ilusión iba y venía, entusiasmado, de su coche al círculo de mi madre y los niños.
Iba y venía como mágico de la radio a mi cabeza, acariciándola, diciendo:
“Ven, mater amantísima, aquí está nuestro futuro. En este lugar tendremos muchos amigos y seremos felices. Ven.”
Yo, siempre dispuesta a dejarme convencer por la alegría, me fundí en mi padre imaginando el mundo lleno de regalos
que nos esperaba…
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Ahora, apenas puedo recordar todos los años tristes lejanos que vinieron.
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Éramos un grupo, aquella tarde, de emigrantes perdidos, de fantasmas ingenuos junto a un coche.




OCCIDENTE
Occidente se hunde lo mismo que Venecia. Lentamente hace siglos se queman sus modas su moral. Sus ciudades sus signos epilépticos. Sus ruinas sólo sudan turistas con sus tópicos.
La belleza pervive dicen los que lo han visto. Visitar residir en Praga / Salamanca / en Quito o en Sao Paulo / en París, / New York, / Lima, / Ciudad México / Málaga / Barcelona / Cáceres / Luxemburgo / Madrid / ir a Sevilla / Bruselas / Rotterdam a Santiago de Chile / Boston, San Petersburgo / La Antártida, Cracovia o los Fiordos o Géiseres… es un ballet de sueños estadísticos que algo tienen de mí.
Un jugueteo rápido de media clase a plazos. Un bien resplandeciente de la curiosidad humana.
Pero ya están ardiendo sus siglos imperiales. Su vejez ensombrece la excesiva opulencia de los avariciosos.
La vanidad humana oscurece sus leyes de codiciosa amante.
Las religiones turbias obscenas y canallas. Las nieves y los mares están ennegrecidos.
Otros mundos cercanos están abriendo Europa.
Rogaría que todo esto se hundiese velozmente.
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La belleza es de todos y ha de ser repartida
la belleza es bondad justicia y equilibrio.
La ley de Dios magnánima no mira hacia nosotros.
x
x
Que venga otra humildad para mis hijos nietos
la nieve el agua / sal / para mis semejantes.




LA BULA DE ORO
El autor presenta al emperador Carlos IV de Luxemburgo el acta sellada con cápsula de oro del sello imperial 1356 eliminando así con ella la intervención de la Santa Iglesia en la elección y corona de los Reyes xSus vestidos son de intenso brocado en color borgoña y verde bordados en oro y alguna plata poca
unos 600 gramos.
Lo que pesaba
un Imperio
por entonces
no se puede medir:
Las medidas de ahora
son tristes como voces de barco
campesinos / carros de
labranza, reyes y ricos
se confunden con una
manada de ovejas
religiosas.




TRIUNFADOR
No le pidáis una sonrisa si no es tirana cínica o salvaje a ese divino.
No vayáis a abrazarlo para decirle que él es el gran modisto de Occidente.
No le beséis en su cara roja y blanca o en su altivez de rubio que fue rubio y ahora es un hombre cano. No. Nada de eso hagáis.
Rajadle cada tela que escribe y a ver qué tienen dentro sus palabras punteadas el diccionario que usa el vocabulario del amor y de la calle.
Abridle el estómago a ver cómo digiere el verbo caminar. Abridle la cabeza a ver cómo dispone la sintaxis de los pantalones qué tiene dentro además de sangre bombeada y viejas arterias y vávulas hundidas.
Miradle en esa foto que se ha hecho para el programa cultural y está coqueto con la manita tocándose la cara con un dedo estirándose el moflete y otro rozándole el labio inferior que ya sabemos que es el labio de la concupiscencia el labio del deseo el de besar otra boca y otro labio inferior que esté escrito en su signo del zodíaco.
Miradle qué provocativo a sus 58 años caminando como el rey de la selva y la lujuria con esa chaqueta cruzada azul marino con esa doble fila de botonadura como un almirante de la vieja Europa que hubiera nacido para mandar el barco colosal de las puntadas.
No os acerquéis a él clientes y modelos desconocidos y curiosos. Es un amargo él uno de los personajes turbadores que se preserva destruyéndose en el profundo sitio de su desgarradura.
Acercaos a él solo cuando esté muerto
y vuelva a ser humano
y ya no pueda ver las lágrimas de nadie
que causan su costura y su estilazo.




DINERO
Es oro plata cobre papel plástico se toma y da nos cubre / pudre / nos baja y nos rebaja nos eleva y matamos destruimos nos mata con máscara sin máscara desperdiciamos ahorramos escondemos abusamos robamos adoramos fusilamos jugamos negreamos jusgamos soñamos ¡ay! acariciamos hacemos leyes las firmamos compramos acosamos se debe/ se presta por dinero se roba / se miente buenamente
se ama se odia seduce lucimos deshacemos y hacemos guerras por él se hace todo lo bueno con todos sus contrarios.
Es un dios tan honrado como dios. Es un objeto tan inherente al hombre como el hombre. Activo siempre está no hay moda modo espacio que no lo represente. Amigos da fortuna fama y héroes. Si no lo tienes tira este papel. Pasea. Canta.
x
Ni lo sueñes.




PEQUEÑOS ULTRAJES
Son esos pequeños teribles actos por los que no puedes quejarte tan callados minúsculos tan lentos esos ultrajes mínimos hieren más aún que los grandes.
Por los grandes puedes reclamar ofenderte defenderte llorar pedir tus cuentas información justicia. De los pequeños ultrajes qué vas a decir ni siquiera tú sabes qué es exactamente lo que te han hecho lo que ocurrió qué vas a argumentar te tomarán por loc@.
Realmente tú mismo@ te crees loc@ demasiado sensible, susceptible, es que miras con lupa demasiada agudeza visual o táctil para vivir en el mundo que vivimos.
Tienes que tolerar te dices y te dicen sigue poniendo cara de ángel da las gracias la ofensa estaba en ti.
Eres tú quien ofende finalmente.
Y sigues aguantando esos humildes dolores microscópicos agudos.
Te morirás sin saber por qué aguantaste tanto dolor toda la vida sin justificación sin objetivo. Realidad.



Correyero, Isla. Género humano. Murcia; Ed. Inspirar-Expirar, 2014.

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