Correos olvidados

En una noche de melancolía y alcohol me topo con la carpeta de borradores del correo electrónico. Es la primera vez en muchos años que la abro y para mi sorpresa descubro una serie de viejos mensajes, fechados en 2005, 2007 y 2008, que estaba convencido de haber enviado. Los vuelvo a leer muy lentamente. Los recuerdos se amontonan. Me sorprende la voz ingenua de mis escritos. A duras penas me reconozco. Sufro una mezcla de sensaciones. Dudo. No sé si ahora me alegro de no haber hecho llegar a sus destinatarios aquellas cartas o lo lamento. Me pregunto si tomé voluntariamente esa decisión o fue fruto de un descuido; si mi vida sería muy diferente o habría seguido el mismo curso que me ha traído a esta madrugada de fantasmas. Pienso con algo de tristeza en aquellas personas que, quizá, esperaron mucho tiempo en vano mi respuesta, como yo pude aguardar que me contestaran esos correos que, sin saberlo o no, se fueron ordenando lentamente en la carpeta de borradores.


Archivado en: Diarios Tagged: melancolía

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