Escribir a cualquier precio

Liberad al Kraken
Por: Sir Francis Kraken

kraken

Bienvenidos de nuevo a mi humilde morada. Hoy os voy a hablar de los que juegan sucio, por decirlo de alguna manera. Los que prestéis la suficiente atención en algunos grupos de escritores noveles en las redes sociales, veréis algunas publicaciones en las que un autor publica una fotografía de una mujer desnuda y después escribe una parrafada que queda en segundo plano. Y la mayor parte de las veces, los escritos me hacen echar el primer plancton. No sé qué opinaréis vosotros, pero a mí se me cae el alma a los tentáculos. ¿En serio hemos llegado a esto? Me gustaría saber en qué punto hemos dejado, paradójicamente, de llegar al lector a través de las letras. Y no sólo hablamos de desnudos. Hay quienes nos plantan fotos de personajes de series de televisión o de la moda, incluso portadas de cómics, para publicitar sus libros, sin preguntarse qué será eso de los derechos de autor.

¡Qué barbaridad! Como si no tuviésemos suficiente con malos escritores y malas obras. Soy consciente de la efectividad de una buena portada o un booktrailer, pero no debemos cruzar la línea. No hay que portarse como brujas que atraen a los incautos con quimeras para después devorarlos.

Por otra parte no hace falta ser Pitágoras para saber que, los que somos mínimamente cultos, solíamos evitar al Duque y a Catalina, sobre cuya obra escupiré tinta en otra ocasión. No me obliguéis a formalizar un nuevo género de literatura choni, por favor. Tampoco seguimos páginas literarias ni nos unimos a grupos para ver muchachas al borde del resfriado. Para eso está el Interviú. Señores amantes de las pechugas y lo ajeno, ¿han probado ustedes a vender su talento en forma de una obra literaria de calidad? Nuestra generación es afortunada, dentro de lo que cabe. Tenemos a nuestra disposición bancos de imágenes y sonidos que podemos utilizar para nuestra publicidad. Y es que los que realizan este tipo de prácticas que incurren en alguna falta, ni siquiera citan la fuente de la que sacan dichas imágenes.

Pero no todas las pelotas de plomo van a ir a la cabeza de estos autores. Una de ellas la guardo para los moderadores de dichos grupos y comunidades, que permiten este tipo de prácticas en las que todo vale. ¿No creéis que el mundo es suficientemente cruel como para que estos cretinos vengan ahora a deshonrar la profesión de escritor? Poseidón me tiene prohibido nombrar a nadie, pero ellos ya saben quiénes son y, si se dan por aludidos, quien se pica ajos come.

Entro en las comunidades de escritores y sólo veo pechos, pechos por todas partes. La rueda del ratón gira deprisa, pero no soy capaz de librarme de ellos. Grito, intento ignorar una foto tras otra. Al final tengo que clicar en una para reportarla y me siento culpable por contabilizar una visita más. La guerra es cruel.

¡No mancilléis nuestros ojos!

Sed fuertes, hermanitos. Detrás de la silicona y el maquillaje hay una vieja leprosa con chándal y tacones.

Dejad de mirar pechos y poned un Kraken en vuestra vida.

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