Fobias Gusanas. Diez Cosas que no soporto (Capítulo nosécuántos).

1.- Los pantalones de montañero. O como quiera que se llame esta cosa que lucen casi todos los tipos que llevan barba desde antes de que estuviera de moda llevar barba: presentadores de bricomanía, senderistas y, por alguna extraña razón, toda la fauna que orbita alrededor del universo antisistema (¿será un homenaje a los maquis?). La pregunta que me atormenta es: ¿por qué llevan parches?.

2.- Las guindas de los pasteles. No saben a nada y parecen hechas de plástico. Es lo primero que retiramos del roscón. Una guinda es a una cereza lo que una muñeca de plástico a una mujer.

3.- Las galletas rancias que te ponen con el café en muchas cafeterías. Es el equivalente cafetero a eso de “si lo que vas a decir no es más bello que el silencio…”. Tiene narices que fastidien un buen café con una galletita que sabe y huele como la vecina octogenaria del tercero. Y yo, que soy medio tonto, siempre pico. A lo peor lo que pasa es que soy muy glotón.

4.- Snoop Dogg. Así: en general. Qué asco de tío. Su música es incluso peor.

 5.- Mourinho, Luis Enrique, Van Gaal y todo este tipo de... es que no sé cómo definirlos en pocas palabras… Tampoco hace mucha falta que me estruje la cabeza, ellos solitos se retratan cada vez que abren esa bocaza tan grande que tienen. Por contra, tipos como Guardiola, Del Bosque o Ancelotti.., joder, qué señores tan elegantes.

6.- El 86,7% de los tuits que he tenido la desgracia de leer en mi vida. Son ora greguerías de saldo ora exponente de cobardías varias ora propaganda ora promociones publicitarias ora notas de sociedad express. En fin, recordemos a Gómez de la Serna, el bisabuelo de los tuits: “Los que matan a una mujer y después se suicidan debían variar el sistema: suicidarse antes y matarla después.”.

7.- Los BMW (fobia mega-súper irracional).  Mi cerebro reptil me dice que todos los tontos con dinero tienen uno. Fíjense y me cuentan.

8.- El pop aflamencado patrio. Estopa, Orozco, Melendi, Andy&Lucas, Alejandro Sanz, Manu Carrasco

9.- La Literatura erótica. No la soporto. Me enerva (y no precisamente los nervios de las partes que los malpensados suponen). Dicen que es cosa de mujeres y cuando lo dicen, suena a despectivo. Para mí, lo insoportable del erotismo escrito es que no conoce puntos medios, que es donde residen las virtudes. Escribimos “polla”, “coño”, “follar” etc y suena fatal. Pero si se cambia por “pene”, “miembro”, “entregarse a la pasión”, etc todavía suena peor. Es un viaje del eufemismo al chabacanismo sin paradas intermedias. Además, todos los clásicos del género apestan a machismo y sometimiento de la mujer (joven e inexperta) bajo el yugo del varón (viejo y experto): “Lo que su amante quería de ella era muy simple: que estuviera accesible de un modo constante e inmediato.” (Historia de O, 1954). Anda y vete un poco a la mierda.

10.- Los líderes de Podemos.

 

Se lo decía esta mañana a mi amigo David: soy anti Podemos lo mismo que soy anti PP porque soy socialdemócrata convencido (por favor, entiéndase y permítaseme el coloquialismo “ser anti algo”, no me sean tiquismiquis). Yo no soy quién para afearles ni su pasado comunista (soy anti comunista) del que ahora reniegan (están en su derecho de cambiar), ni el que hayan aprovechado la crisis para fundar su partido (ha pasado muchas veces a lo largo de la Historia y no siempre con malos resultados), ni el que sean políticos que se promocionen vía redes sociales o televisiones (estamos en el siglo XXI y los mítines huelen a rancio), ni el que aspiren a otras alianzas internacionales que las que actualmente tiene nuestro  país (ya saben que yo creo en la lucha del Imperfecto Imperio del Bien contra el Imperio del Mal de Putines&Cia), ni el que vivan en la utopía (son profesores de Ciencias Políticas, dónde van a vivir si no), ni su populismo (que emplean en mayor o menor medida casi todos los partidos democráticos del Mundo), ni el que su idea de Democracia asamblearia me parezca una fantasía solamente aplicable a cantones suizos y aldeas perdidas, ni etc, etc. Todo lo anterior me lleva a concluir que prefiero no votarles. Pero lo que no soporto es su look (soy así de superficial), su mesianismo, su pontificado y su indisimulado revanchismo. Como también le dije hace un tiempo a David: Podemos cree que la revolución consiste en conseguir que los ricos viajen en turista y yo creo que la verdadera revolución llegará cuando se consiga que todos viajemos en business.


En las antípodas de lo anteriormente relacionado, viven, mejor dicho, bailan los B-Boys y sus alucinantes powermoves, sus tricks, sus combos y toda esa jerga con la que no estoy demasiado familiarizado pero que me encanta. Puedo pegarme ratos muertos viéndoles en youtube:

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