True Detective. Antología de lecturas no obligatorias, de Varios Autores


Antes de pillar este libro tenía ciertos prejuicios (que es lo peor que le puede suceder a un lector), aunque no sé si ése es el término preciso. Me parecía un poco traído por los pelos que mezclaran a Bolaño con Schopenhauer o a Lovecraft con Hammett y todo ello surgido de True Detective (en mi opinión, una de las mejores series de la historia). Luego pensé que la nómina de autores reunidos era impecable, y lo cogí por eso. Y no sólo no me defraudó, sino que me parece uno de los libros más entretenidos y profundos del año. Basta con echar un vistazo, como digo, a la lista de autores reunidos por Iván de los Ríos y Rubén Hernández, quienes desde un principio establecen las conexiones entre Nic Pizzolatto, True Detective y escritores como Ambrose Bierce o Laird Barron.

Los coordinadores y seleccionadores de la antología han hecho un trabajo notable de investigación, de búsqueda y rastreo de pistas, de influencias, de todo aquello que Pizzolatto haya podido utilizar como fuente de inspiración para su serie. Antes de cada relato y de cada fragmento filosófico y de cada ensayo, Iván de los Ríos presenta al autor en cuestión y los lazos que unen su obra con True Detective, muchas veces basándose en declaraciones del creador de la serie y también en todas esas pistas que Hart y Cohle van dejando en sus conversaciones y en sus monólogos. Incluso aunque no hayas visto True..., o la conozcas y no te guste, te encantará el libro. Destaco, sin embargo (porque aún no los había leído), los relatos de Robert William Chambers y de Laird Barron y el ensayo de Thomas Ligotti (de los tres autores tengo por casa, desde hace tiempo, sus libros publicados por Valdemar, pero aún pendientes de lectura). Y, si tuviera que elegir una sola pieza del libro, sería la de Barron: porque es potente, porque es muy actual y porque me "descubre" a un autor al que no le perderé la pista; y espero leer pronto su novela El rito, que está en la pila de próximas lecturas.

Os dejo con unos cuantos extractos:

Nic Pizzolatto, entrevistado por Jeff Jensen:
Pero, más allá de la alta cultura, ¿cuáles son mis influencias? Está The Sweeney, una serie policiaca británica de los setenta. Están los tres Davids: David Chase (creador de Los Soprano), David Milch (de Deadwood) y David Simon (de The Wire). Está Michael Mann (el director de Ladrón, Hunter y Heat): los últimos quince minutos del capítulo cuatro [en el que Rust Cohle vuelve a ser "Demoledor" (la tapadera que usó durante sus años de agente infiltrado para la DEA), se introduce en el grupo de moteros conocidos como "Cruzados de hierro" y se dirige con ellos a los suburbios de Houston para asaltar la casa donde unos traficantes de drogas ocultan su alijo] son un homenaje a Michael Mann. También están Faulkner, mucha filosofía y mucha literatura pulp, como Cosecha roja de Dashiell Hammett, que para mí sigue siendo la mejor novela negra de la historia, por su brutalidad y su recreación de la idea de frontera, una frontera desgastada. Hay muchísimas cosas.

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De Arthur Schopenhauer, "El matarife y sus corderos":
Para la mayoría, la vida es una lucha constante por el puro existir, aún cuando saben que finalmente serán derrotados. No obstante, lo que los hace persistir en esta lucha enconada no es tanto el amor a la vida como el temor a la muerte, que aparece a lo lejos pero como algo inevitable, y que además puede acercarse en cualquier momento. La vida en sí misma es un mar repleto de escollos y remolinos, que el hombre sortea con mucho cuidado y prevención, pese a saber que, aún cuando logre atravesarlo con gran esfuerzo y las mejores técnicas, cada ola lo aproxima más al naufragio, absoluto e inevitable. Es más, surca directo hacia el mismo, hacia la muerte: ésta es la meta final de tan difícil travesía, más amenazadora para el hombre que cuantos escollos ha evitado.
[…]
Parecemos corderos que juegan en los prados mientras el matarife escoge con la mirada a uno u otro. Pues cuando no tenemos un buen día olvidamos que el destino prepara ya nuestras desgracias: enfermedad, persecuciones, pobreza, mutilación, ceguera, locura, muerte, etc.

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Nic Pizzolatto, entrevista en HitFix:
A aquellos que dicen que la filosofía de Cohle es una bazofia, les diría que tuvieran en cuenta que están llamando "bazofia" a la filosofía de Friedrich Nietzsche. Simplemente que lo tengan en cuenta.

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Thomas Ligotti, "Breves discursos del Profesor Nadie en torno al horror sobrenatural":
Ni siquiera el resplandor solar de la primavera es una protección contra el horror. Porque el horror engulle la luz y la digiere para convertirla en oscuridad.
Y en la oscuridad abrimos los ojos, brevemente, y en la oscuridad los cerramos.
[…]
Hay algo que sabemos que es real: el horror. De hecho, es tan real que no podemos estar completamente seguros de que nos necesite para existir. Sí, necesita nuestra imaginación y nuestra conciencia, pero no nos pide ni requiere nuestro consentimiento para usarlas. Y es que, tanto a nivel individual como colectivo, el horror funciona con una autonomía espeluznante: generando espectros, espíritus malignos y muertes macabras; es una espuma repugnante sobre la que nuestras vidas se limitan a flotar.
Y, por último, admitámoslo: el horror es más real que nosotros.

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Laird Barron (citado por Iván de los Ríos):
En las manos adecuadas, el paisaje tiene mayores consecuencias que un mero escenario: se convierte en un personaje o en un antagonista […]. Es el paisaje el que domina. Es la naturaleza salvaje la que define.


[Errata Naturae. Traducciones de varios autores]

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