Fragmento del relato "Corte"

El hombre de la habitación de al lado se está muriendo de tanto fumar. A mi izquierda hay una mujer que no sabe que mañana a las ocho van a extirparle la mitad de las tripas. Al otro lado del pasillo hay un chico que lleva un año en coma y, cada dos horas, exactas, grita mami, mamá, mamá. A uno de los lados de él hay un hombre que intentó suicidarse y al que, según oí decir a su mujer en el pasillo, aún tienen que amputarle la pierna. En la habitación que sigue a la suya hay una mujer a la que ningún especialista sabe qué le pasa, salvo que pierde peso a un ritmo increíble. Incapaz de comer. Después, incapaz de hablar. Pasó de ser corpulenta a pesar treinta y cinco kilos y creen que no durará más de una semana. No se permite ninguna visita, dice en su puerta. Me siento tan ridículo en este piso… Con solo un par de pólipos benignos para que me extirpen y un poco de miedo, aunque puede que me agarre algo peor por estar cerca de tanta gente triste y tantas malas noticias. ¿Sería posible cambiar a un piso menos enfermizo?


Stephen Dixon, Calles y otros relatos

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