Cinco días – Poema accésit de los Premios del Tren 2013

Vía de la Plata



Cinco días
(1 de enero de 1985)


Un silencio más solo en el silencio
normal de esta hora; cuatro menos cuarto
de la tarde de un martes.
Las hormigas conocen los horarios
y recorren sin miedo el brillo tibio
con semillas; con trozos
minúsculos del último
caramelo que el último estudiante
tiró, sin terminar, por la ventana.

No saben que hoy empieza el gran olvido.
Que en una o dos semanas
                                                la quietud
impondrá nuevos ritmos, inestables y antiguos,
que llegarán de lejos muchos otros
atraídos también por el fulgor
que afirman ya no truena;
que empezará la guerra del tiempo impredecible;
del suspiro de un hombre
frente a la ventanilla –No, señor,
ya no existe esa línea–.
No existe, piensa el hombre y ya no existen
los viernes por la tarde a paso rápido
cargado con un libro y un deseo
–Uno para el siguiente a –ya no existen
los conjuros obscenos que el paisaje
jamás revelaría,
los planes para el sábado,
los besos inmortales del andén.
Ella no esperará ni habrá más lágrimas
el domingo apurando
la paciencia del jefe de estación.
Sólo son cinco días.
Cinco días. Bendito el animal
que inventó estas extrañas divisiones.
Ya no existen los días. Los arbustos
han crecido y las lluvias se han cobrado
los años que el acero les debía.
Hoy las hormigas hablan de un dios muerto,
arcano e indescifrable,
que venía de quién sabe qué sitio,
con quién sabe qué fin y qué deseos.






Ben Clark


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