Arquitectura



Nuestra ruina
es la angustia
de un perro
que confundió
su itinerario
regresando
a casa
por calles
mal iluminadas.

Cada esquina
fue el precio
de una espera.
Los charcos
de la ciudad
contenían
la canción
de las tormentas.
El camión
de la basura
tan solo mudó
de espacio
la miseria pequeña
que sobrevivió
a la voracidad
de otro
nuevo día.

Las tuberías
lo retransmitieron;
música oscura
de vómito
 llanto y orín.
La bombilla
de nuestro
dormitorio
susurraba
en morse
a las cucarachas
para que pudiesen
abandonar el suelo
a tiempo.

Todo se nos
derrumbaba encima,
mi amor,
incluso las paredes
lo sabían :
las grietas
son una tragedia
que avanza
con la obstinación
de los desiertos.
Ahora sabemos
que la ruina
es el final
de toda
arquitectura.


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