1 de Mayo. Recordando La Comuna de París.

Hace poco más de 140 años, el 28 de marzo de 1871, se proclamó en París el "Concilio Comunal", comenzando así el famoso episodio de La Comuna de París, un episodio que se prolongaría durante dos meses y que sigue siendo para muchos el mayor acontecimiento revolucionario de la Historia europea. El pueblo de París se levantó en armas contra el Estado francés y creó un órgano de gobierno autónomo, proponiendo la implantación de su modelo al resto del país.

El asunto estalló tras la estrepitosa derrota de Francia en la guerra franco-prusiana que llevó a la firma de unos acuerdos de paz que no agradaron a los parisinos (en realidad París no había sido vencida) y que incluyeron una toma simbólica de la ciudad por parte de las tropas prusianas.

La Guardia Nacional parisina (milicia civil armada) se las apañó para ocultar a los boches 400 cañones que los vencedores consideraban suyos y que fueron escondidos en diversos puntos de la ciudad. El gobierno del presidente francés Adolphe Thiers consideró que no era muy buena idea el permitir que las milicias civiles de la Guardia Nacional dispusieran de 400 cañones, especialmente cuando los prusianos le iban a dejar con un ejército de solamente 12.000 hombres y los ciudadanos de París seguían sin aceptar la rendición del gobierno francés. Así que Thiers tuvo la "genial" idea de enviar al ejército gubernamental para recuperar los cañones por las buenas... o por las malas.

Fue en el famoso barrio de Montmartre donde las tropas envíadas se negaron a disparar contra la población civil desarmada que no quería entregar los 227 cañones que tenían allí guardados y terminaron por insubordinarse y unirse a los futuros comuneros, fusilando, de paso, a dos generales. La cosa fue a más y el gobierno acabó saliendo por patas hacia Versalles.

A partir de ese momento, vendrían la composición de la Comuna y sus revolucionarias medidas de carácter socialista, comunista o anarquista según sea quien nos cuente la cosa.

La burguesía y resto de gobiernos europeos, especialmente el prusiano, se echaron a temblar ante lo que se les venía encima y apoyaron al gobierno de Thiers que no vaciló en aplastar a la Comuna de París, - y al cambio social que estaba suponiendo-, con ayuda de las tropas de su mariscal MacMahon, liberadas por los prusianos para tan noble fin.

50.000 comuneros fueron brutalmente ejecutados durante las dos semanas siguientes a la derrota de la Comuna y la ciudad de París estuvo bajo la ley marcial durante 5 años. Así terminó este interesante episodio de nuestra historia reciente.

A la Comuna de París se le llamó "el festival de los oprimidos" y dicen que sorprendía ver el ambiente festivo que reinaba en una ciudad supuestamente involucrada en una guerra. Alguien dijo también que "la ciudad parecía estar de vacaciones". Y no debían de ir muy desencaminados porque a ver cómo se explica si no que el himno de la Comuna de París fuera la hermosísima canción que, con letra del poeta Jean-Baptiste Clément, musicó el tenor Antoine Renard en 1868, El tiempo de las Cerezas (Le Temps de cerises).

Ese tiempo de cerezas rojas. como la bandera que ondeó en el Hotel de Ville durante los dos meses de la Comuna,  que "siempre será amado pero siempre dañará al corazón".

Clément dedicó su poema "a la valiente ciudadana Louise, ambulanciera de la calle Fonaine-au-Roi". Así que ¡va por ti Louise!.

Una de mis canciones favoritas, banda sonora de uno de los episodios más trágicos y románticos de nuestra historia reciente.

"El tiempo de las cerezas", la canción que cualquier revolucionario debería conocer. Y la favorita de Porco Rosso.



Y aquí está la letra:

Cuando vuelva el tiempo de las cerezas,
Y el ruiseñor alegre y los mirlos burlones
estén todos de fiesta,
las muchachas tendrán pasión en sus cabezas
y los enamorados sol en el corazón.


Cuando vuelva el tiempo de las cerezas
Silbarán mejor los mirlos burlones.
Pero es muy corto el tiempo de las cerezas,
en el que las parejas van a coger en sueños
los hermosos pendientes:


Las cerezas de amor con sus trajes iguales
ruedan bajo las hojas como gotas de sangre.
Pero es muy corto el tiempo de las cerezas
pendientes de coral que recogen en sueños.


Cuando estéis en el tiempo de las cerezas,
si tenéis miedo de las penas de amor
evitad las muchachas.
Yo, que no temo a las penas crueles,
viviré hasta sufrir su visita algún día.


Cuando estéis en el tiempo de las cerezas
tendréis también penas de amor.
Amaré siempre el tiempo de las cerezas:
desde aquel tiempo guardo abierta una herida
que daña el corazón.


Y la dama Fortuna, que me está prometida,
no sabrá nunca aliviar mis pesares.
Amaré siempre el tiempo de las cerezas
y el recuerdo de entonces que guardo en mi corazón.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*