Keep the Faith. Es nuestra obligación.

Muchos tiranos de la Historia alcanzaron el Poder tras deslegitimar, ante los ojos de la opinión pública, a toda la clase política democrática utilizando una concatenación de falacias que, resumidamente, sería algo así como: hay muchos políticos corruptos => todos los políticos son corruptos => todo el sistema democrático está corrompido => los partidos políticos no funcionan => el sistema democrático no funciona => el totalitarismo de partido único es la solución. Y del totalitarismo a la autocracia hay un paso. O sea, el mesianismo está asegurado (papá Stalin, el Führer, el Duce, el Generalísimo y las putas madres que los parió a todos).


Y a los mesías no los cuestiona ni el tato.

Pero yo hago mías las palabras de Christopher Hitchens cuando dijo "Siempre estaré del lado de la peor versión de la democracia estadounidense frente a la mejor teocracia fundamentalista" que yo adapto al tema que nos ocupa hoy proclamando: Siempre estaré del lado de la peor versión de la democracia frente al mejor y más próspero de los totalitarismos. La Historia me avala. Perder la fe en la Democracia por su mal funcionamiento para luego caer en las garras del totalitarismo es como hacerse gay porque las mujeres no te hacen caso: un dislate. A lo mejor si te duchas y te peinas, las titis te  miran con otros ojos. Pues con la Democracia pasa lo mismo.

Llevamos ya muchos meses enterándonos de cuán llenos de mierda están los sumideros de la Democracia de nuestro país (y de muchos otros países, ciudades, barrios, calles, comunidades de vecinos, familias e individuos). Pero la buena noticia es que: ¡nos estamos enterando!, que es de lo que se trata. Seguro que ustedes, como yo, conocen a ancianos (muchos de los cuales se autoproclaman de izquierdas) que siguen repitiendo la coletilla (falsa) de que "con Franco esto no pasaba porque ellos no robaban". La realidad es que sí que pasaba, sí que robaban y a una escala mayor. Lo que sucedía en aquel entonces es que nadie se enteraba porque ningún medio lo difundía.

De hecho, el que nuestro país esté como está y el que muchos de los culpables de la situación gocen de una impunidad vergonzante e injusta se debe, en parte, a la herencia del régimen franquista que, como todas las dictaduras, consiguió consolidar y sacralizar, en el inconsciente colectivo del pueblo español, las figuras de los representantes de la Iglesia y de las Instituciones Públicas, pervirtiendo e invirtiendo el sentido de sus funciones: pasaron de ser servidores del Pueblo (al que deben rendir cuentas) a intocables representantes de incuestionables valores "eternos" (en realidad, caducos y falsos).


Las cosas están cambiando.

Pero lo único incuestionable es que la Democracia es el mejor sistema de todos los que los pueblos han inventado para organizarse. Y nuestro deber es limpiarla, fijarla y darle esplendor. No la espalda.

Resulta irónico pensar que los dos grandes enemigos de la democracia, la Corrupción y el Fundamentalismo religioso, tengan sus motivaciones posicionadas en extremos opuestos: el dinero del Más Acá y el alma del Más Allá. Los antídotos contra estas lacras también parecen contradecirse entre sí: Laicismo y Fe. Fe en lograr el objetivo de que la honestidad sea una virtud inherente al comportamiento de los representantes de nuestras instituciones.

Hemos dado demasiados pasos hacia atrás en estos últimos años pero yo quiero pensar que, al mismo tiempo, hemos dado otro paso hacia delante importantísimo; el "amarás al Dinero sobre todas las cosas" se ha revelado como el Becerro de Oro del siglo XX.

Los tecnócratas que dicen venir a "salvarnos" son el Bálsamo de Fierabrás y la Democracia es, sencillamente, el Bálsamo. Para curar las profundas heridas que los corruptos (herederos de los totalitarios políticos, herederos de los totalitarismos religiosos) han infringido en nuestras vidas, la única solución es ésa. O sea, más Democracia, O sea, ¡ELECCIONES ANTICIPADAS YA!. Sin más hostias. Será la mejor manera de testear tres puntos importantísimos: 1.- La Salud de nuestra Democracia. 2.- La Voluntad de Regeneración de nuestros Políticos y 3.- La Inteligencia de la Ciudadanía. 

Ya, ya, si a mí tampoco me gusta Bon Jovi, pero es que está canción mola:

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