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La sociedad del cansancio. Byung-Chul Han

Publicado en 21 noviembre, 2013 por en Reseñas

El suicidio causa más muertes anuales que las que suman en conjunto las guerras y los homicidios. La Organización Mundial de la Salud estima que para el año 2020 la cifra anual de personas que deciden poner fin drásticamente a su existencia aumente a un millón y medio de personas. Así mismo las enfermedades neuronales, la depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el trastorno límite de la personalidad o el síndrome de desgaste ocupacional, entre otras, se han vuelto el mayor problema de salud de nuestro tiempo, con índices que deben ser entendidos como los de una gran pandemia global.

El filósofo coreano Byung-Chul Han, en su libro ‘La sociedad del cansancio’ (convertido en un inesperado best seller en Alemania, y editado en España por Herder Editorial en 2012), explora la sutil interacción entre el discurso social y el discurso biológico tomando como base la permeabilización que se efectúa entre ambos, para denunciar un cambio de paradigma que, según explica, está pasando inadvertido. Su teoría va más allá del trabajo de filósofos como Peter Sloterdijk, Roberto Espósito o Jean Baudrillard, quienes ya habían explorado esta interconectividad y a quienes Byung-Chul Han refuta, preconizando que ya no vivimos en una sociedad inmunológica, sino que la violencia inmanente al sistema es neuronal y, por tanto, no desarrolla una reacción de rechazo en el cuerpo social.

 

Michael Mozolewski

Michael Mozolewski

 

La violencia neuronal

“Toda época tiene sus enfermedades emblemáticas. Así, existe una época bacterial que, sin embargo, toca a su fin con el descubrimiento de los antibióticos. A pesar del manifiesto miedo a la pandemia gripal, actualmente no vivimos una época viral. La hemos dejado atrás gracias a la técnica inmunológica. El comienzo de siglo XXI, desde un punto de vista patológico, no sería ni bacterial ni viral, sino neuronal”, escribe Byung-Chul.

Según se desprende de ‘La sociedad del Cansancio’ el siglo pasado puede definirse desde su propia perspectiva inmunológica: entonces existía una clara división entre el adentro y el afuera, el enemigo y el amigo o entre lo propio y lo extraño. También la guerra fría obedecía a este esquema. El paradigma inmunológico estaba dominado por completo por el vocabulario de la guerra fría, es decir, se regía conforme a un verdadero dispositivo militar. Ataque y defensa determinaban no solo la acción del organismo  en el campo biológico sino también el comportamiento del conjunto de la sociedad. Lo extraño era rechazado aunque no encerrara en sí mismo ninguna intención hostil.  El objeto de resistencia, tanto en lo biológico como en lo social, era la extrañeza.

Con el fin de la guerra fría, explica Byung-Chul Han, paradójicamente, se da también un cambio de paradigma inmunológico en el seno mismo de la biología: la inmunóloga norteamericana Polly Matzinger rehúsa  el concepto de “propio y extraño” y desarrolla un nuevo modelo en el cual define que el comportamiento del organismo diferencia entre “amistoso y peligroso”. Lo que significa que la resistencia inmunológica no se basa en la extrañeza, sino que distingue al intruso que se comporta de manera destructiva en el interior del organismo, y lo rechaza, pero mientras lo extraño no llame la atención en este sentido, la resistencia inmunológica no lo afecta. La idea de Matzinger develó que el sistema inmunitario biológico es más generoso de lo que hasta entonces se pensaba, pues no conoce ninguna xenofobia, manifestando que la antigua concepción de propio y extraño, de ataque y defensa, se correspondía con una reacción exagerada e incluso nociva para el propio desarrollo.

Ahora bien, atendiendo a lo que nos dice Byung-Chul Han, este cambio de paradigma en lo biológico también tuvo su correspondencia en el plano social. Desde el fin de la guerra fría la sociedad se ha sustraído a la idea de la “otredad” sustituyéndola  por la inofensiva “diferencia”. La extrañeza ha desaparecido, el nuevo esquema de organización ha dejado atrás al sujeto inmunológico convirtiendo al individuo en consumidor y turista de lo exótico. Así, la negatividad que era el rasgo fundamental de la inmunidad, de lo otro como negatividad, es reemplazado por la dialéctica de la positividad y su “totalitarismo de lo idéntico”, como lo definió Baudrillard, marcada por la desaparición de la singularidad, la proliferación de la homogenización y la equivalencia, así como por una sobreabundancia de los sistemas de comunicación, información y producción, que no generan una reacción de rechazo inmunológico en la sociedad, así como la obesidad no produce una reacción inmunitaria en el organismo. La diferencia soberana que distinguía lo uno de lo otro ha desaparecido y ahora lo que impera es lo idéntico.

Es en la sobreabundancia de lo idéntico, en ese exceso de positividad que no crea anticuerpos, no genera ningún rechazo ni implica ninguna negatividad, donde Byung-Chul Han encuentra las razones para explicar la proliferación de los estados patológicos neuronales. La violencia hoy ha dejado de responder a los esquemas inmunológicos virales de lo propio y lo extraño, como la planteaba Baudrillard. La violencia hoy es neuronal e inmanente al sistema, sentencia el autor, quien atribuye al “superrendimiento”,  la “supercomunicación” y la “superproducción” actual las razones que generan un colapso del Yo, en lo que denomina “infartos psíquicos”.

Atendiendo a ‘La sociedad del cansancio’ el agotamiento, la fatiga, la sensación de asfixia son manifestaciones de esa violencia neuronal que se ve proyectada  desde el corazón mismo del sistema y se infiltra por todas partes en una sociedad permisiva y pacífica. La positivización del mundo ha permitido esta nueva forma de violencia. Al encontrar el espacio de lo idéntico libre de negatividad, sin ninguna polarización entre amigo y enemigo, entre adentro y afuera, se constituye una forma de terror de la inmanencia.

 

 

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 Más allá de la sociedad disciplinaria

Según explica Byung-Chul Han la sociedad disciplinaria de Foucault, con sus cárceles, hospitales y psiquiátricos ya no se corresponde con la sociedad de hoy en día. Una nueva sociedad de gimnasios, torres de oficina, laboratorios genéticos, bancos y grandes centros comerciales componen lo que el autor denomina la sociedad de rendimiento. El anterior “sujeto de obediencia” ha sido reemplazado por el “sujeto de rendimiento”. Aquellos viejos muros que delimitaban lo normal de lo anormal y toda la negatividad de la dialéctica que encerraba la sociedad disciplinaria han caído, hoy la sociedad positiva de rendimiento ha reemplazado la prohibición por el verbo modal “poder”, con su plural afirmativo “Yes, we can”. Las motivaciones, el emprendimiento, los proyectos y  la iniciativa han reemplazado la prohibición, el mandato o la ley.

Según se explica en el libro la antigua técnica disciplinaria con su esquema de prohibición, después de cierto punto de productividad alcanza un límite bloqueante e impide un crecimiento de la producción. Con afán de maximizar la producción -algo al parecer inherente al inconsciente social-, se ha reemplazado el paradigma disciplinario por el de rendimiento. La positividad de “poder” es más eficiente que la negatividad del “deber”. De este modo el inconsciente social ha pasado del deber al poder, pero sin anularse uno a otro, esto es, como una continuidad: el sujeto de rendimiento sigue disciplinado.

En su trabajo ‘La fatiga de ser uno mismo. Depresión y sociedad’, A. Ehrenberg situó la depresión como consecuencia del paso de una sociedad disciplinaria a una sociedad de rendimiento, esto es, debido a  la desaparición de los roles que otorgaba la sociedad de control y la posterior inducción a la iniciativa personal que obliga a devenir por uno mismo. En este planteamiento Byung-Chul Han ve discutible el que no se haya reparado en la presión por el rendimiento a la que se ve sometido el individuo actualmente, “en realidad, lo que enferma no es el exceso de responsabilidad e iniciativa, sino el imperativo del rendimiento como nuevo mandato de la sociedad de trabajo tardomoderna”, y su libertad paradógica.

 

El sujeto de rendimiento

Michael Mozolewski

Michael Mozolewski

El sujeto de rendimiento se encuentra en guerra contra sí mismo, sentencia Byung-Chul. Libre de un dominio externo que lo obligue a trabajar o lo explote, sometido sólo a sí mismo,  “el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o la libre obligación de maximizar su rendimiento. El exceso de trabajo se agudiza y se convierte en autoexplotación.  Esta es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va acompañada de un sentimiento de libertad”.

El exceso de positividad también ha variado la estructura y la economía de la atención, la superabundancia de estímulos e informaciones ha provocado la fragmentación y la dispersión de la percepción. Esta fragmentación o  atención “multitasking” (multitarea) a la que se somete el sujeto contemporáneo es una capacidad que no solo aparece en el ser humano, explica el autor, sino que está ampliamente extendida en los animales salvajes. El multitasking es una técnica de supervivencia vital en la selva: un animal salvaje debe estar atento en todo momento a los diferentes elementos de su entorno para evitar ser devorado por otros depredadores. Esto imposibilita sumergirse en la contemplación. La capacidad de atención profunda y contemplativa, de la cual descienden los grandes logros de la humanidad, está siendo reemplazada progresivamente por la hiperatención y la hiperactividad.

La agitación permanente, la supremacía de la vida activa que es ampliamente alabada en la sociedad de rendimiento no genera nada nuevo, reproduce y acelera lo ya existente, escribe Byung-Chul Han.  La histeria y el nerviosismo imperante de la moderna sociedad activa, necesita a su vez del dopaje para un rendimiento sin fricciones: “La sociedad del rendimiento, como sociedad activa, está convirtiéndose paulatinamente en una sociedad de dopaje”, a lo que agrega que el uso de drogas inteligentes, que posibiliten el funcionamiento sin alteraciones y maximicen el rendimiento, es una tendencia bien argumentada incluso por científicos serios que ven hasta  irresponsable el no hacer uso de tales sustancias. El ser humano en su conjunto, no solo el cuerpo, se está convirtiendo paulatinamente en una “máquina de rendimiento”.

“El cansancio de la sociedad de rendimiento es un cansancio a solas, que aísla y divide” concluye el autor. “Estos cansancios son violencia, porque destruyen toda comunidad, toda cercanía, incluso el mismo lenguaje.” Atormentan con la imposibilidad de mirar y con la mudez. Utilizando el ‘Ensayo sobre el cansancio’ de P. Handke, Byung-Chul Han teoriza sobre el  cansancio del Yo que agotado se convierte en permeable para el mundo y  desarma y afloja la atadura de su identidad. Las cosas se le vuelven más imprecisas, más permeables y pierden algo de determinación. El cansancio de la potencia positiva, por agotamiento, incapacita, confiere indiferencia  y esta especial indiferencia otorga a los cansados un aura de cordialidad. Suprimiendo la rígida delimitación que divide unos de otros, este cansancio hace posible una comunidad que no necesite de pertenencia ni parentesco, unida por una profunda afabilidad, por un cordial levantamiento de hombros. De esta manera, “la sociedad venidera podría denominarse sociedad del cansancio”.

 

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Sobre el autor: Byung-Chul Han, de origen coreano, estudió filosofía en la Universidad de Friburgo y Literatura Alemana y Teología en la Universidad de Múnich. En 1994 se doctoró por la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. En la actualidad es profesor de Filosofía y Teoría de los medios en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe. Autor de más de una decena de títulos, ‘La sociedad del cansancio’ es su primera traducción al castellano.

 
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36 de respuestas

  1. Raquel Arismendi

    Un artículo necesario en el mundo de hoy.Gracias al autor y a quien lo da a conocer.

  2. Gracias por tus notas sobre este autor que, me temo, pone el dedo en la llaga: el tiempo. Sin él, el proceso de reflexión se convierte en pose, en ingenio, en ¿»post-post moderno?» si me permites la broma.
    Leí la reseña en elpais.com este fin de semana y me pareció sugerente. En seguida me pongo a leerlo gracias a tus notas.
    Saludos.

  3. juan

    Gracias me ha parecido muy buena reseña,un buen análisis!
    juanquetepasa.blogspot.com.es

  4. Gorky

    Como anillo al dedo, me siento completamente identificado con los escenarios a los que se hace referencia. Una lectura necesaria. Encuentro varios ejemplos sobre la fragmentación y la dispersión de la percepción en el caso de facebook el deficit de generadores de contenido y en el twitter el formateo de todo idea a 140 caracteres que produce personas que son incapaces de llegar al termino de la lectura de un artículo. Gracias por el artículo.

  5. Patricio

    Hace años que fui victima de esta Sociedad del cansancio……tomarse todo muy en serio, con gran responsabilidad, muchas horas, muchos dias, muchos años….todo era importante y mas y mas. Hay que jugar mas, como dice el autor….hay que desconectar mas para ser mas eficaces. Pero quien nos explico todo esto? Nadie!! Y ahi estuvimos con las pastillas mas vendidas del mundo, los antidepresivos y las de ayuda a dormir. La vida hay que vivirla con mas tranquilidad, no todo es importante ni urgente, cuando somos mas o menos jovenes creemos que podemos con todo y con mas….de ahi nuestra dedicacion al trabajo hasta extenuarse para conseguir la gloria personal o el dinero que luego no usamos para disfrutar de la vida……

  6. Jose

    Lo paradójico es que los libros de este nuevo filosofo se vende en las vitrinas de este nuevo sistema, capitalista neoliberal.

  7. Desde lo poco que se sobre la obra del autor (acaba de llegar «la sociedad del cansancio» a mis manos), da la impresión que es una continuación posmoderna a la obra de Bauman, en especial a «Amor Líquido». Por lo anterior, esta reseña me ha servido para iniciarme en algunos conceptos que supuse claves para el entendimiento. Aún no me familiarizo con el concepto de «sujeto de rendimiento», por lo que si conoces algún texto que lo profundice, seguiré estando muy agradecido.

  8. […] este elaborado artículo de Anna March en un tweet de @JordiValls13 sobre un libro que expone cómo una vez superado el […]

  9. rafsebe

    Muchas gracias por la reseña, por el esfuerzo de síntesis. Muy útil para comprender la propuesta de Han.

  10. Eduardo

    Gracias por la reseña. No entiendo de filosofía .. pero Voy a buscar el libro.
    Me siento muy «cansado» e identificado con el fenómeno descrito. Podría decir que me consuela en parte el visualizar una explicación al cansancio manifestado finalmente como falta de sentido y de espacios para la contemplación y el juego. El problema es que hemos olvidado cómo ser diferentes y cómo aceptar las diferencias o… no es posible ser diferentes.
    Cómo olvidarse de sí mismo si el otro no es otro sino una réplica de mi mismo….
    Bueno…Gracias por la posibilidad de reflexionar.. voy a comentar esta experiencia con el psiquiatra… a ver si encontramos un buen complemento … o sustituto… a los inductores del sueño y antidepresivos.. saludos y nuevamente gracias

  11. stupesco

    Acabo de leer el libro y me encuentro con esta fantástica reseña, gracias!!

  12. alvaro velasquez

    Muchas gracias Ana March, muy interesante tu reseña, ya lo quiero leer, esta epoca es triste, y màS un domingo en la tarde noche, sin amo, sin tarea, depresivo.

  13. […] interesantes Ana March, La sociedad del cansancio. Byung-Chul Han, culturamas.es, 21/11/2013 Francesc Arroyo. Aviso de derrumbe. El país. […]

  14. Ibrahim Hernandez

    Excelente,gracias!!!!!

  15. Mari Carmen

    Me gustó tu reseña, me parece muy interesante este tema, la tendencia de la civilización pareciera es diluirse en la gran masa humana, todos iguales, sumergidos en el torbellino del mundo…donde ahora somos esclavos de la libertad…buena reflexión

  16. Nicolas Diaz

    Muy completo el analisis. Terminé el libro ayer y me pareció excelente. Hay una clara tendencia, en el mundo de las redes sociales, a un cansancio del yo, al cansancio de ser uno mismo y a mostrarse cansado, hasta de las cosas que elegimos y nos gustan. muy cierto cuando habla de una sociedad de rendimiento, y sus consecuencias negativas desde una positividad enfermiza. Una sociedad que presiona para que avances y avances sin crear relativamente nada nuevo.
    Saludos!

  17. julian Solano Bentes

    Genial conclusión: en lugar de una sociedades de deberes planteados por otros pasamos a una sociedad de deberes hacia nosotros mismos. Nosotros mismos nos explotamos, destruimos nuestros espacios espeirituales por el rendimiento de nuestras fuerzas psiquicas y físicas; nos domina la «positivividad» sin alternativa subjetivo-creativa. me recuerda a la Voluntad de Schopenawer.

  18. Aylen

    De lectura necesaria para oensar la época.
    Profundo y preocupante análisis, sobre todo para las futuras generaciones…post mirada después de la Era del Vacío, la Sociedad del cansancio interpela a cada uno de nosotros y a una sociedad cada vez más excluyente y potencialmente destructiva.

  19. javiera

    encuentro que repite todo el rato lo del texto
    en vez de dar una explicación o un análisis es casi una citación sin aclarar mucho.

  20. varo

    Dejo un video de un canal muy interesante que se apoya en las Tesis de este libro.
    https://www.youtube.com/watch?v=SeWS3wSN5sQ

    Interesantes reflexiones de hacia donde nos dirigimos.

  21. gladysb

    Muchas gracias por tu comentario. Leí el libro (y otros del autor) y algunos conceptos me resultaron difíciles, pero con tus palabras, a modo de síntesis, creo alcanzar mejor la comprensión. Me siento identificada con muchos aspectos que analiza el autor, uno es en la atención multitasking. Otra cosa que me preocupa es que me pasa como una cinta infinita, leo (consumo) mucha crítica y análisis sobre la sociedad actual, el súper rendimiento, la súper abundancia de estímulos…, hago lo mismo que dice lo que leo, veo, consumo… Pero eso es un tema para mi propia reflexión…

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